VIDEO: Muestran la casa de donde el “Chapo” Guzmán escapó momentáneamente de la marina

Desde la calle ni siquiera llama la atención. Es una vivienda más, incluso modesta para el sector en el que se ubica. Muchos mochitenses no tenían idea que es de dos pisos. Los olivos negros que la rodean se encargan de camuflar su fachada color blanco. Es la vivienda ubicada justo en el cruce del blvd Jiquilpan y la calle Rio Quelite en el fraccionamiento Las Palmas del sector Scally. La misma donde el pasado viernes la marina intento capturar a Joaquín “el Chapo” Guzmán. La misma de donde el líder del cartel del pacifico logro escapar, con el mismo sistema que uso antes en Culiacán y también en el penal del Altiplano: un túnel subterráneo. Tras el tour brindado al periodista de Noticieros Televisa Carlos Loret de Mola, es el turno del resto de los medios. Locales, nacionales e internacionales. Son más de 200 y se organizan en grupos de 6 personas para el recorrido que inicio después del mediodía de este lunes. Al ingresar se observa la puerta de acero forzada, en el frente los cristales de las ventanas hechos añicos. Una cortina perforada. En el piso permanece la sangre del marino herido en el primer tiroteo. Al ingresar, a pesar del desorden que prevalece, es notorio el lujo. Pisos de vitropiso, que aun con manchas de sangre y algunas esquirlas, luce buena calidad. Hay impactos de bala por todos lados. Una cocina destrozada. Comida china sobre la barra, en recipientes que ni siquiera fueron abiertos. Dos recamaras en la planta baja, en una llaman la atención 4 discos con la serie de televisión La Reina del sur de la actriz Kate del Castillo. En la otra, la más amplia de toda la casa, un colchón King size sobre dos bases individuales que al ser separadas hacen que el colchón vaya al suelo. Un pantalón de mezclilla y dos camisas tiradas. Sobre un sofá de vinipiel medicamentos y artículos de higiene personal. También unas trusas blancas. Los baños lucen sucios. Incluso apestan. Los botes de basura llenos. En la segunda planta, a un costado de la escalera llaman la atención decenas de agujeros, más bien boquetes en la pared. Los proyectiles perforaron el metal del pasamano metálico. Soportes con pantallas led quebradas. Equipos de televisión satelital aun encendidos. Más ropa regada, lo mismo que colchones. En la azotea sigue la escalera de aluminio por donde escaparon algunos sicarios, que minutos después serian abatidos o capturados. También ahí, en el piso, un brassier color verde con encaje negro. Con todo esto, es en la recamara principal, la de la planta baja, donde se centra la atención. Ahí, oculto detrás de un espejo, estaba el último túnel del Chapo. El guía muestra que se abre con una palanca oculta en una de 4 lámparas en el techo, de un closet-vestidor. Es otra obra de ingeniería civil. De todo un experto. Un túnel perfectamente construido con paredes de madera y piso de concreto. Buena iluminación pero hoy se encuentra inundado. En una parte el nivel del agua supera el metro de altura. Para recorrerlo hay que mojarse hasta el pecho. Una enorme viga obliga incluso a agacharse. Al final se llega a una puerta metálica con una escotilla. Por ahí se conecta directamente al colector Jiquilpan. El agua es producto de la lluvia del viernes. La que al parecer obligo al Chapo y al Cholo a salir del drenaje pluvial, robar un vehículo, luego otro, lo que todo hace indicar, al final, derivo en su captura. Esta es la última guarida y la ultima ruta de escape de Joaquín Guzmán Loera. Por lo menos hasta ahora.