Donald Trump se ha dedicado en las últimas semanas a amenazar a compañías con un impuesto si producen en México y desean vender en el mercado de Estados Unidos.
Ante las amenaza del impuesto que plantea Trump, el pasado 8 de enero Fiat Chrysler anunció la construcción de una planta en Estados Unidos, con lo cual dejarán de fabricar en México uno de sus modelos.
No es la primera empresa que hace esto, pues en la primera semana de este año Ford, una empresa con 9 décadas en México, retiró una inversión de mil 600 millones de dólares en el país para, en su lugar, expandir su fábrica en Michigan, EE. UU.
Esa misma semana Trump amenazó a Toyota.
"Toyota Motor dijo que construirá una planta en Baja, México para construir el carro Corolla de Estados Unidos ¡DE NINGÚN MODO! Construye una planta en EE.UU. o paga un gran impuesto de frontera".
Toyota, respondió con un mensaje conciliador y sin aún tomar una decisión como la que sí tomó su competencia Ford. Voceros de Toyota anunciaron:
"Toyota colaborará con la administración Trump para servir a los intereses de los consumidores y de la industria automotriz".
Agregaron que no tienen planes de reducir su producción en México en el futuro inmediato. A esto último se sumó el presidente de Honda Motors, Takahiro Hachigo.
Mientras tanto, BMW respondió a la amenaza del impuesto fronterizo asegurando que seguirán con sus proyectos en México. Su director de ventas y marketing aseguró:
A pesar de que Donald Trump está llevando a cabo una política de bullying contra empresas que han invertido en México durante años, hay empresas que seguirán con sus planes. La estrategia principal consta de una amenaza con un término que Trump ha llamado border tax (impuesto de frontera), con el que prácticamente tasaría todos los productos de empresas basadas en EE. UU., pero que llevan a cabo su manufactura en México.
Por una parte, en Estados Unidos vemos empresas que no se dejan intimidar por estas movidas de Donald Trump, como bien lo hace BMW y en su momento lo hizo la empresa Toyota y Honda (con respuestas más moderadas). Sin embargo, Ford y Fiat Chrysler ya dieron marcha atrás con proyectos en territorio mexicano.
De las compañías de automóviles (Audi, Fiat Chrysler, Ford, GM, Honda, KIA, Mazda, Nissan, Toyota y Volkswagen) que tienen fábricas en México, dos ya aceptaron invertir en Estados Unidos.
Cabe aclarar que Donald Trump aún no es presidente de los Estados Unidos y aún hay mucha especulación sobre qué políticas tomará en su mandato. Sin embargo el efecto de su tendencia comienza a notarse con las respuesta de empresas en la industria automotriz en México.
