El ingenio y la paciencia son parte del trabajo de Tomás Hernández. Gana la vida con creatividad y elabora muñecos pequeños que poco a poco se deslizan por un alambre y son un juguete para los niños y niñas.
Afuera del hospital Pediátrico y por 15 pesos los menores que van a consulta se entretienen y olvidan por momentos su enfermedad.
Tomás Hernández indica que ganarse la vida de forma honrada y llevar un poco de felicidad a los niños y niñas en medio de la tecnología significa satisfacción.
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