El stealthing es una práctica sexual en la cual el hombre se retira el condón durante el acto sin consentimiento de la pareja, el resultado es el mismo que el de abuso sexual pues rompe con la confianza de los términos con los que acordó acceder a la actividad sexual y puede traer consigo resultados igualmente traumáticos.
Su nombre significa literalmente “robar algo” y es que es precisamente lo que hace: roba en las mujeres la decisión de acceder a algo más de lo previamente acordado, roba la confianza establecida entre la pareja y roba la posibilidad de decir NO.
En el artículo “Rape-Adjacent': Imagining Legal Responses to Nonconsensual Condom Removal”, la egresada de la Escuela de Leyes de Yale, Alexandra Brodsky habla de la necesidad de demandar criminalización legal sobre esta actividad, ya que puede transmitir enfermedades venéreas y rompe con la transparencia de la capacidad reproductiva; por otro lado el principal elemento para incluir el stealthing como una forma de violación adyacente se deriva de la violación de los derechos humanos de las víctimas al no dar su consentimiento.
En su estudio, publicado en el Columbia Journal of Gender and Law, Brodsky señala que existen comunidades online que defienden la práctica como un "derecho" del hombre a "expandir su semilla".
La escritora fue víctima de un intento de violación durante su primer año de universidad en Yale y desde entonces ha creado y se ha involucrado en organizaciones feministas que apoyan a víctimas del abuso sexual de manera legal, por lo que insiste en que el nuevo término podría ser una barrera para llevar un caso a la corte, ya que actualmente las víctimas de violación sigue siendo avergonzadas e incluso culpadas por el suceso. En este escenario el stealthing abre una puerta para que el agresor se salga con la suya por haber sido inicialmente un acto consensuado.
De acuerdo con CNN en Español, la Red Nacional de Servicios a las Víctimas de Violación, Abuso e Incesto que opera en Estados Unidos ha recibido cada vez más llamadas sobre la práctica.
"Sólo tú puedes consentir hasta dónde quieres ir", dijo a la cadena Brian Pinero.
Además, agregó que las personas pueden sufrir daños psicológicos y físicos reales después de que les suceda algo así.
Hasta ahora sólo existe un caso de penalización por stealthing. Este año, un hombre de 47 años fue condenado en Suiza por violación por quitarse el condón mientras tenía sexo con una mujer que conoció en Tinder.
Según la agencia de noticias RTS, un tribunal penal del país dictaminó que, si se había previsto el sexo con preservativo y luego este no llegaba a usarse, se trataba de abuso sexual. Sin embargo, el castigo fue mínimo. El hombre quedó en libertad condicional durante un período de 12 meses.
Ante esta alarmante práctica, las mujeres tienen una razón más para preocuparse al acceder a tener relaciones sexuales, lo cual es ahora motivo de desconfianza incluso en relaciones formales, especialmente entre jóvenes, pues éstos no tienen la madurez suficiente para considerar el acto un abuso y pueden fácilmente ser influenciados por otros jóvenes bajo la premisa de sentir “mayor placer”.
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