Descubren templo dedicado a Ehécatl-Quetzalcóatl en Tlatelolco


Arquéologos localizan el templo al dios del viento
Descubren templo dedicado a Ehécatl-Quetzalcóatl en Tlatelolco

Por Redacción

miércoles, 7 de junio de 2017 0:00

Un nuevo acercamiento al esplendor de la ciudad prehispánica de Tlatelolco, emerge gracias al trabajo desarrollado por investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quienes trabajan en la consolidación de un templo dedicado a Ehécatl-Quetzalcóatl, dios del viento, el segundo de su tipo descubierto recientemente en esta zona arqueológica y que cuenta con más de 650 años de antigüedad.

En conferencia de prensa, efectuada en las instalaciones del Ex Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, el investigador emérito del INAH, Eduardo Matos Moctezuma, y el coordinador nacional de Arqueología de la institución, Pedro Francisco Sánchez Nava, dieron a conocer el descubrimiento de dicha estructura circular, ubicada en el cuadrante suroeste del Recinto Ceremonial de México-Tlatelolco, el cual, destacaron, contribuirá a revalorar la importancia de las múltiples ciudades-Estado que, como Tenochtitlan, Tacuba e Iztapalapa, entre otras, prosperaron en diversos puntos del Valle de México.



Al hablar acerca de los antecedentes del señorío tlatelolca, Matos Moctezuma indicó que estos se remontan a 1325, cuando un grupo de mexicas inconformes con su poder rector, se establecen en un “montículo de arena” que, con el paso del tiempo, no sólo se convirtió en una ciudad gemela de Tenochtitlan, sino también en un importante centro comercial de la Triple Alianza y de toda la región mesoamericana. La directora de la Zona Arqueológica de Tlatelolco, Edwina Villegas Gómez, explicó que tras dos temporadas de supervisión y salvamento arqueológico, bajo la coordinación del arqueólogo Salvador Guilliem Arroyo, responsable del Proyecto Tlatelolco, se ha logrado establecer que el templo tiene más de 650 años de antigüedad, mide 11 metros de diámetro por 1.20 de altura y se encuentra a una profundidad de 3 metros bajo el nivel de la calle.

De acuerdo con la arqueóloga, la cista-ofrenda que contenía la osamenta de un recién nacido, huesos de aves, obsidiana, espinas de maguey, restos de copal y una cuenta circular de piedra verde, además de otra olla cercana al sitio con malacates, incensarios y figuras de cerámica con representaciones de monos y picos de pato, develarían su filiación con el dios Ehécatl-Quetzalcóatl, dador de viento como elemento de origen para la lluvia durante periodos prolongados de sequía. Otro dato que apoya esta teoría es la forma del templo, toda vez que al ser circular en sus costados norte, oeste y sur, con una conversión rectangular en su entrada, lado este, coincide en diseño y orientación con la edificación dedicada a esta misma deidad que se encuentra en la entrada de la zona arqueológica tlatelolca.



Asimismo, de acuerdo con el arqueólogo Eduardo Matos, las fachadas frontales de los templos dedicados a dicha deidad apuntaban hacia el oriente, como en el caso del recién descubierto. Sin embargo, la construcción recién descubierta presenta particularidades: la primera de sus tres etapas constructivas data de los años posteriores a la fundación de la ciudad en 1337 d.C. y tiene paredes bicónicas (inclinadas en vez de rectas), lo que la distingue del resto de las ruinas prehispánicas de la Plaza de las Tres Culturas. Sobrepuesta a esta fase está la segunda etapa (entre 1376 y 1417 d.C.) que es la más visible del conjunto; de la tercera (hacia 1427 d.C.) sólo quedan desplantes alrededor de la edificación, algo que, comentó el supervisor del proyecto de salvamento, Eduardo Luna Vargas, pudo haber sido causado por la construcción de una cementera y el supermercado El Sardinero, en la primera mitad del siglo XX.




En total, dijo, los entierros localizados alrededor del templo corresponden a ocho osamentas completas (seis de infantes y dos de un adulto femenino y otro masculino), así como siete osamentas semicompletas, identificadas a partir de mandíbulas, cráneos, fémures y otros huesos largos. Dada la importancia del hallazgo y la cooperación de la empresa constructora para ceder el terreno donde se encontró el templo, más un metro alrededor de éste para futuras labores de mantenimiento, el Consejo de Arqueología y la Coordinación Nacional de Arqueología, ambas instancias del INAH, aprobaron la instalación de una ventana arqueológica en la acera de la avenida Flores Magón, la cual quedará integrada al recorrido de la Zona Arqueológica de Tlatelolco, destacó Edwina Villegas.




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