Inició como una alternativa más segura de transporte, pero ahora Uber luce inseguro.
Y es que la operación de los cárteles de la droga en el área metropolitana se infiltró en Uber, lo que se ha traducido en ejecuciones y secuestros de los choferes de este medio de transporte privado.
Hasta el momento tres operadores de Uber han sido ajusticiados, uno más fue reportado como desaparecido y otro libró la muerte al ser atacado por las balas de la delincuencia organizada.
Elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones cuentan con evidencia que vinculan a choferes de Uber con fracciones del Cártel de Los Zetas y Cártel del Golfo, información que ha sido recabada desde hace seis meses.
La Procuraduría General de Justicia sospecha que algunos choferes de Uber estarían relacionados con actividades de transporte de droga, narcomenudeo, asaltos y otras actividades relacionadas al crimen organizado.
Autoridades también han ligado por lo menos tres homicidios, un intento de asesinato y una desaparición, todos relacionados a choferes de este servicio de transporte.
Ahora que la delincuencia organizada se infiltró en los taxis de Uber, hoy el Congreso local tendría que avanzar para regular la operación de esta plataforma, pues existen dos leyes que están “congeladas” en el Congreso.
Se trata de la Ley de Transporte para la Movilidad Sustentable del Estado de Nuevo León y una iniciativa de reforma denominada Sistema de Transporte Privado de Pasajeros Vía Internet.
Aprobar estas leyes permitiría mayor control sobre las unidades de Uber, además fomentaría la libre con los ecotaxis, actualmente monopolizados por centrales obreras como la CTM y la CROC, quienes tienen la mayoría de la concesiones de los taxis.
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