Unos jóvenes originarios de Tijuana, B.C. le jugaron una trampa a dos policías para corroborar la corrupción que se vive con la policía en la ciudad fronteriza. Los hicieron creer que transportaban droga e inmediatamente el conductor fue llevado a una pequeña oficina donde la agente policíaca le pidió $300 dólares para dejarlos ir, el joven al no tenerlos le ofreció una cena y la agente re negoció la mordida en $100 dólares.
Los corruptos agentes están siendo investigados, la agente ya fue identificada pero siguen tratando de identificarlo.
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