Cansados del incremento en robos y secuestros, algunos mexicanos han decido hacerla de “justicieros” y enfrentarse a los delincuentes por su cuenta, saltándose a las autoridades e incluso cometiendo delitos en el camino.
El número de casos de linchamientos, golpes y asesinatos de criminales a manos de los civiles afectados, especialmente por robos, va en aumento y la tendencia podría convertirse en OTRO problema social.
Anoche, 17 de julio, el asalto a un autobús del transporte público en la carretera Tenayuca- Tlanepantla, en el Estado de México, dejó como saldo a un presunto ladrón muerto y a otro detenido, informó el periódico El Universal.
Testigos aseguran que dos hombres amagaron con armas de fuego a los usuarios y los despojaron de sus pertenencias, cuando un sujeto se levantó de su asiento y disparó contra los ladrones, matando a uno e hiriendo al otro, al igual que al chofer del autobús. Posteriormente, el “justiciero”, descendió del vehículo y huyó.
Esta es una escena que tristemente ya no impacta, pues ha sido repetida en varias ocasiones en el mismo estado, así como en la Ciudad de México, en lo que va del año. Y es que la población ya está harta de la inseguridad y en su desesperación incurre en la proliferación de la misma.
De manera similar, los linchamientos y actos de venganza a delincuentes han levantado alertas en otros estados, principalmente en Puebla.
La agencia de información de la revista Proceso (Apro) informó en noviembre del año pasado que siete personas murieron por linchamientos durante el 2016 en Puebla. En diciembre de ese mismo año se presentó un nuevo caso de linchamiento contra presuntos delincuentes en ese estado, cuando habitantes de la colonia Cleotilde Torres, en la capital, amagaron y golpearon a un hombre que fue sorprendido mientras robaba autopartes.
La situación llegó a tal en dicho estado, que, en junio del 2017, los ciudadanos llegaron a convocar el linchamiento de un presunto delincuente en redes sociales.
En esa ocasión, los habitantes del estado respondieron ante un robo de manera violenta ejecutado el 10 de junio por al menos seis asaltantes a un microbús de la Ruta 68. Tras el asalto una de las pasajeras, entregó un celular encontrado, presuntamente de uno de los asaltantes, a la fiscalía; en él se encontraban fotografías de varios hombres que de manera independiente un grupo de ciudadanos identificó como uno de los asaltantes.
En ese entonces, usuarios de redes sociales dieron a conocer el domicilio donde vivía uno de los asaltantes de la Ruta 68 y crearon un evento en Facebook para organizarse y linchar a los responsables. Además, fue creado el grupo de Facebook “Vamos a linchar a las ratas”, en el que varios poblanos han compartido información sobre los delincuentes.
Éste se convirtió en el tercer caso de un llamado a un linchamiento a través de internet en lo que va del año. Unas semanas antes, se llevó a cabo una convocatoria para linchar a un ruso que agredía verbalmente de forma discriminatoria a la población de Cancún, el cual finalmente fue apedreado.
De igual manera, tan sólo días antes del robo de la Ruta 68, se llevó a cabo otra convocatoria de linchamiento en redes sociales, la cual resultó en la muerte de una persona.
Aunque predominan en la zona centro, este tipo de respuesta por parte de los ciudadanos es algo cada vez más común en todo el País. De enero a octubre del 2016 se presentaron al menos 27 de estos fenómenos en diferentes comunidades, según información de la revista Proceso.
La situación comienza a salirse de control, ya que en ocasiones los presuntos delincuentes resultan ser personas inocentes. El 9 de agosto del 2016, cinco integrantes de un grupo brigadista de la asociación Un Kilo de Ayuda fueron retenidos por pobladores del municipio de Zinacatán, en el estado de Chiapas, luego de que accidentalmente un niño se asfixiara con una pastilla ingerida entregada por el grupo.
Los brigadistas acudieron a la localidad para entregar medicamentos a los menores, tras el incidente con el menor la comunidad reaccionó de forma violenta amenazando a los voluntarios; sin embargo, tras la negociación de las autoridades que arribaron al lugar con los habitantes, los cinco fueron liberados.
De igual manera, en el asalto a la Ruta 68 en Puebla uno de los jóvenes identificados en las redes sociales como uno de los presuntos ladrones impuso una denuncia al enterarse que en el evento creado en Facebook para convocar al linchamiento se encontraban imágenes suyas e incluso su nombre y dirección. El sujeto, además, se puso en contacto con la policía cibernética para recibir apoyo y que se realizarán las investigaciones correspondientes.
Un estudio del investigador Raúl Rodríguez Guillén del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Azcapotzalco estableció que entre 1998 y abril del 2014 hubo 366 linchamientos, de los cuales 100 fueron consumados y 266 se quedaron en intentos.
Actualmente, no existen estadísticas oficiales sobre linchamientos e intentos de linchamiento en México, únicamente reportes académicos que usualmente se realizan a través del conteo de notas de prensa, por lo que se desconoce la verdadera magnitud del problema, aunque resulta evidente que el número de casos va en aumento y que están directamente relacionados con el incremento de actos de delincuencia en el País.
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