La mañana del 19 de noviembre de 1984 los habitantes de San Juanico Ixhuatepec, en Tlalnepantla, Estado de México, fueron despertados por un estruendo, un fuerte olor a gas y el calor de inmensas llamas que arrasaron con sus viviendas de cartón y lámina en minutos.
Una explosión de tanques de almacenamiento de gas LP en un planta de PEMEX acabó casi inmediatamente con la vida de 503 personas y dejó a 926 más heridos. La onda expansiva fue tal que rompió vidrios en casas bastante alejadas.
Según el documento “San Juan Ixthuatepec, Memorias de una Emergencia”, publicado en 1985 por el gobierno del estado de Toluca, 363 personas sufrieron quemaduras de primer grado, 425 de segundo grado y 138 de tercer grado.

La tragedia fue el resultado de una fuga en una tubería que transportaba hasta 16 mil metros cúbicos del combustible desde tres diferentes refinerías del país.
Las llamas fueron tan altas que incluso se alcanzaron a observar desde diversos puntos del Distrito Federal y del Valle de México.
De acuerdo con medios nacionales, en ese entonces había 12 empresas gaseras operando en San Juanico, pero después de la tragedia, todas fueron expulsadas por decreto del presidente Miguel de la Madrid.
Ahora 33 años después, la zona está convertida en un parque con una central de bomberos y se delimitó un polígono de protección para evitar la instalación de empresas de alto riesgo. Sin embargo, al menos seis gaseras han regresado y se encuentran activas.

Para los habitantes de San Juanico el 19 de noviembre no se olvida, el olor a gas y carne quemada y la visión de las gran nube de humo aún está fresca, al igual que la herida por aquellos que murieron ese día.
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