A tres años de haber salido de su vivienda en la zona serrana de Concordia, Karla Rojas Valenzuela asegura que no ha tenido tranquilidad, pues el desplazamiento implica vivir al límite.
Como desplazada, a nombre de sus compañeros urge a las autoridades no olvidarse de sus promesas, pues por ahora sobreviven en situaciones precarias, 'de arrimados'.
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