En la labor de mejorar y volver más eficiente el servicio de tratamiento de aguas residuales en Mazatlán, el Cárcamo Número 7, ubicado en el Cerro del Vigía, concluyó con sus trabajos de renovación, convirtiéndose en una de las plantas más silenciosas en el puerto.
Edgar González Zatarain, Alcalde de Mazatlán, explicó que anteriormente la planta producía mucho ruido y mal olor, además de que no podía transportar el agua residual hasta la planta de Urías II, ubicada a más de 5 kilómetros de distancia, lo que provocaba rebosamientos y derrames.
La inversión de la obra tuvo un costo superior a los 11 millones de pesos y consta de dos bombas de 125 caballos de fuerza con capacidad de 300 litros por segundo; dos variadores de frecuencia de 125 caballos de fuerza, un centro de control de motores, un sistema de control de arranque y paro mediante electro-niveles, una planta de emergencia, la reposición de losa de concreto del cárcamo y recubrimiento epóxico en muros en interiores del cárcamo.
Con este trabajo se buscará volver más eficiente el sistema de alcantarillado y contrarrestar la problemática de desbordamiento de aguas residuales en el Centro Histórico de la ciudad.