Dolor, tristeza e indignación inundaron los corazones de familiares y amigos de Jason, el joven estudiante de medicina que fue asesinado el pasado jueves en Culiacán, cuando sujetos armados le dispararon en un intento de despojo de vehículo, en medio de una guerra que sigue cobrando víctimas inocentes.

Con una emotiva despedida, amigos y compañeros de Jason, soltaron decenas de globos blancos que se elevaron al cielo, cada uno de ellos con un mensaje implícito, un recuerdo muy especial.

Entre lágrimas y una profunda tristeza, los compañeros de Jason reconocieron su calidez humana, su generosidad y su espíritu solidario.

Su familia, destrozada por el dolor, encontró en este homenaje un poco de consuelo en los recuerdos y las vivencias que Jason tuvo al lado de sus compañeros con los que compartía su sueño de ser doctor, con quienes sonreía y en quienes quedará por siempre su recuerdo.