Lo que sólo podemos asumir que bajo administraciones anteriores sería inconcebible, es ahora un hecho real. Un juez de la Corte Superior del condado de Hunterdon, Nueva Jersey, aprobó la solicitud presentada por un autoproclamado nazi para cambiar oficialmente su apellido a Hitler, informó el portal MyCentralJersey.
El racismo es algo que ha existido en Estados Unidos desde sus inicios, primero durante la colonización con el exterminio y aislamiento de los nativo americanos y después con la importación de esclavos africanos. Además de los choques culturales entre diversos grupos de inmigrantes que fueron llegando, y formando, el país.
Sin embargo, desde su campaña electoral el ahora Presidente Donald Trump ha promovido con sus discursos anti inmigración una ola de racismo que, aunque siempre ha estado, parece haber estado dormida durante la administración de Barack Obama, quien contrario a Trump promovió la unidad e igualdad.
Ahora, en un Estados Unidos donde ser musulmán, latino, negro o incluso mujer es motivo de reacciones ofensivas o críticas injustificadas, Isidore Heath Campbell, quien apoya fervientemente las políticas de Trump, puede identificarse legalmente como “Isidore Heath Hitler”, como homenaje al líder nazi responsable del Holocausto, en el fueron ejecutadas alrededor de 17 millones de personas.
"Es genial. Mi licencia de conducir ha cambiado, mi seguro médico, mi registro, todo lo que necesitaba ha cambiado. Soy el nuevo Hitler. En realidad, me había encomendado a todos los nazis. Hice una oración por todo lo que ellos nos dieron", dijo Isidore a MyCentralJersey.
Isidore Heath Hitler https://t.co/pWtsZNpBz9 pic.twitter.com/cWwLeeThTI
— DanRiehl (@DanRiehl) 10 de mayo de 2017
El cambio de apellido entró irónicamente en vigor el 8 de mayo, precisamente cuando en Europa se celebraba el Día de la Victoria, conmemoración de la rendición de la Alemania nazi en 1945 que puso fin a la Segunda Guerra Mundial.
De acuerdo con el portal estadounidense, el neo nazi tiene nueve hijos con al menos cuatros mujeres diferentes, los cuales llevan el nombre de personajes del Tercer Reich, entre ellos Adolf ; sin embargo, no tiene la custodia de ninguno de ellos debido a que las autoridades le despojaron de sus derechos paternales por violencia doméstica y no tener capacidad psicológica para cuidar de los niños.
Ante esta última revelación, es imposible no cuestionar la postura del juez que aprobó el cambio de apellido, pues sin dichos antecedentes ya es considerado un insulto para muchos, con ellos esto se convierte en una verdadera amenaza y una bomba de tiempo.
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