¿Alguna vez te ha llamado la atención un hombre y una mujer por su inteligencia y forma de ser misteriosa? Ya sabes de qué tipo de personas hablo, esas que siempre tiene algo interesante y opiniones intensas y respaldadas para diversos temas, aquellos que cada vez que abren la boca sientes que te enseñan algo nuevo.
Esa emoción que sientes al conocer a alguien así, esa fascinación por sus palabras que te hace considerarlo especialmente sexy, independientemente de su físico, se conoce como sapiosexualidad.
De acuerdo con psicólogos y sexólogos, las personas sapiosexuales se estimulan a través de la conversación, la novedad, son aquellos que están abiertos y buscan nuevas experiencias y estímulo, que le huyen a la superficialidad y no temen involucrarse en temas intensos, al contrario, la emotividad con la que otros reaccionan a estos temas y argumentan sus posturas les parece sumamente atractivo.
Esto no quiere decir que uno se ciegue al físico u otros rasgos de la personalidad del otro, simplemente que a diferencia de la mayoría de las personas que son atraídas por el aspecto físico, los sapiosexuales son atraídos en primera instancia por la inteligencia y complejidad de los individuos.
De igual manera, no implica que no existe una fuerte atracción sexual. Al contrario, muchos sexólogos concuerdan en que el cerebro es el principal órgano sexual, ya que es el brinda estímulos a la piel y los órganos genitales. Por lo tanto, cuando una persona considera la mente de otra extremadamente sexual, químicamente produce sustancias que desencadenan excitación, haciendo que un encuentro físico sea incluso mucho más intenso y placentero ya que no se basa únicamente en el cuerpo sino en el deseo por la persona en sí.
Una sapiosexual puede llegar de una conversación a la cama con la misma facilidad que un hombre atractivo en un bar puede ligar a una chica con pocas palabras, ya que existe un deseo inicial. En el primer caso, la conversación pasa a convertirse en una especie de juego sexual, una lucha de argumentos que elevan la tensión entre ambos y que se mantiene por un constante giro de tuercas por cada uno de los interlocutores. El elemento sorpresivo, el dar a conocer algo que el otro no sabía, poco a poco se acumula el deseo eso siempre sin perder un poco el misterio.
Si bien se tiene la idea de que es más común que las mujeres se sientan atraídas hacia la inteligencia de los hombres que viceversa, debido a prejuicios machistas y superficiales, esto no significa que las intenciones del sexo femenino sean tan puras. Algunos terapeutas consideran que inconscientemente algunas mujeres se ven atraídas hacia este tipo de hombres ya que los consideran parejas más estables, con mayor capacidad para lidiar con los contratiempos de una relación y mejores posiciones laborales, lo que finalmente se traduce en un sentimiento de seguridad y protección por su parte.
Sin embargo, el resultado no siempre es el esperado. La sapiosexualidad es un arma de doble filo, ya que si la persona cuenta con una baja autoestima o problemas de inseguridad puede caer en las garras de hombre so mujeres que utilizan las palabras como un arma de seducción, personas sumamente inteligentes que saben cómo manipular a quienes los rodean.
En conclusión, si el físico no es lo único que importa, tampoco lo es la mente. Uno debe fijarse en el conjunto de características de una persona, las cualidades que lo hacen una buena persona y potencialmente un excelente compañero.
No todo lo que brilla es oro, pero tampoco porque alguien te explique sus características minerales, de dónde proviene, cómo extraerlo y las implicaciones de la minería en la sociedad, quiere decir que tenga acceso a dicho material ni mucho menos que su corazón valga oro.
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