Un drástico cambio de vida es el que ha experimentado la familia de María del Carmen García Vázquez, esposa del indígena Yaqui Fidencio Aldama tras ser encarcelado por la muerte de Cruz Buitimea ocurrida en la Loma de Bácum en octubre del 2016. La joven mujer indígena narró que ahora debe salir a trabajar en la maquila para brindar el sustento a sus dos hijos y apoyar cuando puede a su esposo para que compre comida en la tienda ubicada en el interior del Cereso de Ciudad Obregón.
Narró que durante la última visita realizada a su esposo este pasado fin de semana le fue devuelto un pantalón color café entre claro y oscuro que le llevaba por no ser exactamente del color que se requiere para los internos que es de color caqui. La molestia se incrementó en la joven mujer al percatarse de que al interior del Centro de Readaptación deambulan otros presos con colores muy diferentes sin que nadie le diga nada.
García Vázquez narró que posiblemente ello se deba a hechos de corrupción, mismos que no pueden darse el lujo de pagar.
Indicó que que aunque solicitó con el guardia hablar con el director del penal le informaron que no se encontraba en ese momento. Su esposa mencionó que Fidencio está bien de salud, es el encargado de la Iglesia del penal y hace artesanías de madera para apoyar a su familia.
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