La vida tiene que continuar después de la ola de violencia que azotó a los sinaloenses y es así como lucen las calles del primer cuadro de la ciudad de Culiacán, con tráfico, con personas realizando sus actividades cotidianas como disfrutar de un buen libro, convivir en familia en lugares públicos y lo más importante, trabajar para solventar las necesidades básicas

Y sí, quienes viven al día, tuvieron afectaciones en sus bolsillos tras el toque de queda del pasado 5 de enero

Hay quienes optaron por no opinar sobre este oscuro día, pues a pesar que no lo quieren recordar, es un evento que quedará marcado en la vida de los sinaloenses

Y a poco más de una semana de el miedo sembrado por los grupos armados en ese jueves negro, la ciudad de Culiacán cobra vida gracias a su gente trabajadora, servicial y carismática, pues somos más los bueno, que los malos