Disfrutan miles vacaciones en la playa San José


Disfrutan miles vacaciones en la playa San José

Por Fernando Navarro

lunes, 21 de abril de 2014 0:00

Asombra recorrer el borde de los caminos, sobre todo cuando se trata de una terracería finamente acondicionada para el flujo de cualquier tipo de vehículo, móvil indispensable para que las familias acudan a la cita puntual con la inmensidad que reviste la playa San José, ubicada al suroeste del municipio de Bácum, Sonora. Así, año con año, ya sea en el festín de verano o durante las vacaciones de Semana Santa, miles de familias aprovechan los días de asueto para cumplir con una tradición que pasa ya por varias generaciones y en la que se busca siempre el contacto con la arena, el sol y con la relajante majestuosidad de un mar que nunca terminan por admirar. Desde muy temprana hora, poco a poco los vehículos iban ingresando al inmenso balneario natural, mientras las olas bravías de mitad de mañana y los caminos arenosos recibían a los visitantes; la vigilancia policíaca estaba la orden del día y las familias se sumergían a la playa para disfrutar el ir y venir de un oleaje incansable en su afán de aferrarse también a la orilla de la playa . Los puestos de venta de alimentos compartían espacios con los improvisados campamentos de los turistas; por cierto uno de los vendedoras ambulantes, mismo que se traslada en triciclo desde ciudad Obregón, reconoció el acondicionamiento del acceso a la playa al tiempo que habló de la demanda creciente que presenta su servicio. Mientras que más adelante varias familias convivían frente al mar, y al tiempo que observaban a sus hijos bañarse en la playa, expresaron su beneplácito de convivir en una lugar donde la tranquilidad se convierte en remanso, después de los ajetreados días de trabajo. Después de que el viento reiteró con placidez la bienvenida a los visitantes, el pequeño José Mateo recibió con un pecado en la mano al equipo de Las Noticias y a sus escasos dos años de edad refirió su nombre y el lugar donde atrapó al pez que apenas cabía entres su manos. Metros más adelante de José Mateo, Francisco Castillo se esmeraba por freír Curvinas y Chanos para compartir con una familia que sobrepasaba los 40 integrantes. De hecho María González, explicó que para alimentarse no requerían más que adentrarse temprano al mar y capturar especímenes, mismos que presumió para una persona que no es acompañó. Esta es la forma en que la naturaleza envuelve y da vida a la playa San José, lugar que debe darse la oportunidad de conocer y disfrutarla, según los recomendó Javier Alcantar, quien vino de vacaciones desde Hermosillo.

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