Tres adulto mayores en abandono solicitan ayuda para subsistir

Una casa de adobe, una choza marginal a la orilla del antiguo panteón de Cócorit. Dos cuartos amplios con una puerta por división; humilde casa con techo de cartón y piso de tierra. Por cocina una improvisada hornilla en medio del patio y, hacia el traspatio que colinda con una fábrica de ladrillos, el lavadero es una piedra montada sobre vetusta carrucha. Una cafetera descansa sobre el fuego en espera de que sea usada para amortiguar el hambre de tres viejos que sobreviven solos. El primer cuarto hace las veces de morada y dormitorio de Mariano, el menor de los tres hermanos, quien cuenta con 67 años, mismo que está impedido para caminar y casi no puede hablar. La segunda habitación es recamara para el hermano del medio, José Delfino de 71 años, quien desde el 2012 quedó ciego por completo. En este segundo cuarto hay una cama al fondo donde también duerme Esteban López López, el mayor de los hermanos, quien a sus 77 años y sin trabajo fijo, se hace cargo de Mariano y José Delfino. Los hermanos López López, no siempre han vivido así, incluso presumen un álbum con fotografías de cuando estaban fuertes y eran buenos trabajadores; pero la pobreza se les vino encima cuando tuvieron que vender su casa de Cócorit con el fin de salvar la vida de una hermana que ahora ya descansa en paz.