Viven el sábado de gloria en San Miguel Zapotitlan

Miles de danzantes judíos originarios de las distintas comunidades indígenas del norte de Sinaloa participaron en las fiestas de la semana mayor en San Miguel Zapotitlan. Después de la celebración de los contis, cada viernes de cuaresma, prosiguieron las corridas durante los días santos en los centros ceremoniales. Los fariseos salieron en busca de las cruces para tumbarlas. es la búsqueda de las huellas de Jesús. Finalmente el sábado de gloria gran parte de ellos se reúne en la iglesia de San Miguel Arcangel en el cerro de San Miguel, para participar en la resurrección del señor. En orden se colocan en el interior del templo, siguiendo las instrucciones de los chicoteros y el maestro rezador. Finalmente el Poncio Pilato ingresa acompañado por varios judíos, después de ello el maestro rezador acompañado por las vírgenes, niñas y jovencitas vestidas de blanco, anuncian la resurrección de Cristo arrojando pétalos de flores blancas y bugambilias, provocando el temor de los judíos quienes corren despavoridos. Después de esto viene el arrepentimiento y la solicitud del perdón. Ya sin mascara, los judíos ingresan de rodillas al templo, siendo bautizados por el maestro rezador. Algunos de ellos, entran de rodillas hasta la figura del Cristo resucitado. En la zona norte de Sinaloa son 3 los centros ceremoniales que más reúnen danzantes durante la semana santa. Baca en el municipio de Choix, Mochicahui en El Fuerte y San Miguel Zapotitlan en Ahome. La tradición, una mezcla de la fe que trajeron los jesuitas españoles y las creencias autóctonas de las etnias mayo yoreme prevalece, convirtiéndose en todo un atractivo para los visitantes de otras partes del país. En San Miguel Zapotitlán la fiesta continua en los alrededores de la iglesia indígena. Otros más la siguen en la enramada con el baile del venado, el pascola y el coyote. La fiesta se complementa con un rico huacabaqui, uno de los platillos representativos de las etnias indígenas del norte de Sinaloa.