Diseñada por el ingeniero Luis F. Molina en 1890 la Plazuela Rosales ha sobrevivido al tiempo y aún es punto de reunión de los culiacanenses.
Las crónicas arrojan que antes de esa fecha era un terreno valdío con casas humildes a su alrededor, pero obtuvo esplendor cuando el entonces gobernador, Francisco Cañedo decidío construir su vivienda en el lugar y fue entonces cuando también familias pudientes de fines del siglo 19 fincaron en los alrededores.
La plazuela, mudo testigo de reuniones, pláticas, manifestaciones, eventos culturales, musicales y de romances.
Es escoltada por heroes y hombres ilustres, entre estos Eustaquio Buelna, Jesús Michel Jacobo, Luis F. Molina, Ramón Corona, Juárez y Enrique Sánchez Alonso “Negrumo”. La plazuela Rosales, estampa permanente de Culiacán.