Para generar una línea regional sobre el estado de salud que guarda la estructura forestal de los manglares del noroeste de México, investigadores de las universidades de Sonora y las autónomas de Baja California Sur y Baja California, así como del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor), desarrollan un proyecto para la conservación y protección de esos ecosistemas.
Alf Meling López, académico del Departamento de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de la Universidad de Sonora (Dictus), señaló que una gran cantidad de manglares de esta región se encuentran en riesgo de desaparecer por los efectos que producen en esas zonas las granjas acuícolas, el cambio climático y la obstrucción de accesos al mar debido al desarrollo urbano.
Además, indicó que esta situación prevalece por la falta de una política clara y de acciones para monitorear y manejar las poblaciones existentes en esos ecosistemas de bosques húmedos, en donde se mezcla el agua dulce de lluvia o ríos con el agua salada de mar.
Informó que el proyecto “Monitoreo a largo plazo de la estructura de la comunidad de manglar y su caracterización ambiental en los estados de Baja California, Baja California Sur y Sonora”, que tendrá una duración de tres años, se inserta en el Sistema Nacional de Manglares de México.
Recordó que los humedales son ecosistemas costeros que ocupan un lugar privilegiado por la riqueza natural que encierran y los beneficios ambientales que brindan, como desempeñar un importante papel como barrera natural que contiene la erosión de vientos y mareas, permitir el abastecimiento de los mantos freáticos, capturar gases de efecto invernadero y actuar como sumideros de carbono, entre otros.
Alf Meling reveló que las condiciones actuales de los manglares en la región en algunas zonas están deteriorada y en otras se recuperan Dio a conocer que mientras el 50% de los manglares de todo el mundo han desaparecido, en nuestra entidad se ha perdido el 2% del mangle que existe en México.
“Aquí tenemos entre 14,000 y 17,000 hectáreas, que realmente es una cantidad muy reducida”.Desafortunadamente, añadió, hay poco interés en el cuidado y conservación del ambiente, y que uno de los ecosistemas más sensibles en el área marina, aparte de los arrecifes de coral, son precisamente esos ecosistemas, donde cualquier cambio a nivel de mar provoca una modificación en su estructura, tal y como se observa con mayor fuerza en las dos últimas décadas.
“La gente que vive en las zonas costeras, y en especial la que habita cerca de los manglares, está ansiosa de que los proyectos de gobierno les sean favorables, pero desagraciadamente éstos no tienen seguimiento, o desaparecen de la noche a la mañana".
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