Ya es mayor de edad GOOGLE Hoy cumple 18 años

Hubo un tiempo en el que las personas tenían que resolver sus curiosidades preguntando a sus conocidos o yendo a las bibliotecas a nutrirse de información. Larry Page y Sergey Brin se propusieron acelerar todo ese proceso con un buscador capaz de resolver cualquier duda en un tiempo récord.

Estos dos visionarios se conocieron en la Universidad de Stanford. En 1996 empezaron el proyecto que años más tarde les haría multimillonarios. Alquilaron un pequeño espacio en la casa de Susan Wojcicki – la actual directora de YouTube- y allí dieron rienda suelta a su imaginación.

Google como tal nació oficialmente el 27 de septiembre de 1998 –después de 20 días de pruebas- y en tan poco tiempo ha pasado de un garaje a poseer más de un millón de servidores y centros de datos en todo el planeta. El buscador, el producto estrella de la compañía, es capaz de procesar más de mil millones de peticiones al día y Google.com es la web más visitada del mundo.La vida antes de Google
Buscar en la enciclopedia.
La enciclopedia era nuestra Biblia. En todas las casas había una de 20 tomos, junto con los tapetes de ganchillo, el papel pintado o el televisor Telefunken. Si tenías que hacer un trabajo en el colegio, buscabas en la enciclopedia; si se te olvidaba quién combatió en la Guerra de los Cien Años, allí estaba ella esperándote. Era muy difícil que algo no apareciese en la enciclopedia, pero si ocurría aquello era una auténtica tragedia nacional.

Mirar un mapa o un callejero.
¡Qué tiempos aquellos! Cuando ibas de viaje tenías que ir al maletero a localizar el mapa de carreteras, que generalmente se encontraba en un estado lamentable. Desplegar el mapa también era un auténtico reto y, después, había que estudiar concienzudamente la ruta a seguir.

Rebuscar en las páginas amarillas.
Con 22,3 millones de usuarios al año, eran nuestra segunda Biblia y nuestro Google de antaño. Si se estropeaba la lavadora, las llaves o el coche, tenías que recurrir a las páginas amarillas. Fontaneros, cerrajeros, mecánicos... no eras nadie si no aparecías en ellas.

Ir al videoclub.
Sin Youtube no nos quedaba más remedio que acudir al videoclub para poder ver nuestras películas favoritas. Si queríamos revisitar los vídeos de Madonna, Michael Jackson o Prince, los grabábamos en cintas. No conocíamos los tutoriales y jugábamos al Pac-man o al Tetris en soledad sin necesidad de youtubers.

Grabar los cassettes.
 No existía la piratería. A lo sumo grabábamos los discos de nuestras canciones favoritas que sonaban en la radio en gastadas cassettes que escuchábamos una y otra vez.

Consultar los diccionarios de idiomas.
En muchas casas había un diccionario o un minidiccionario de francés o inglés de bolsillo. Vale que los idiomas nunca fueron nuestro punto fuerte, pero todos chapurreábamos algo de "Je m' appelle Virginie" o "my tailor is rich". Y si nos íbamos de viaje había que llevárselo sí o sí, aunque sólo fuese para dar el pego.

Acudir a las agencias de viajes.
 Viajar era una odisea. Nada de sacar los boletos por Internet ni de encontrar los hoteles más baratos o apartamentos, debías ir en persona a la agencia de viajes para planificar tus vacaciones o acudir a las taquillas.

Escribir cartas.
Sin las cuentas de gmail, escribíamos cartas y hasta enviábamos postales. Tampoco faltaban los christmas por Navidad. Mirar el buzón era una tarea de obligado cumplimiento.

Llamar por teléfono
 Si buscabas algo, tenías que salir a su encuentro. Nada de teclear palabras o personas en el ordenador. Para localizar a la gente debías llamarla por teléfono y hasta te sabías los números de memoria. Nos tirábamos horas hablando por el auricular y pelearse por el aparato era el pan nuestro de cada día en todas las familias