Tiene 8 años, es venezolano y es un estudiante ejemplar de la Success Academy en pleno corazón del barrio de Harlem de Nueva York.
No se puede negar que tiene cara de ser el empollón de clase y el mimado del profesorado. La verdad es que su última gran hazaña lo corrobora dejando a todos los usuarios de la web con la boca abierta gracias a un discurso político arrollador para cambiar la situación de su país de origen.
Con verdades como puños mezcladas con alguna que otra fantasía hilarante sobre alimentación y derechos de los animales, el pequeño tiene muy clara su deciisión: quiere ser presidente de la República Bolivariana de Venezuela y dar un giro radical a la situación de su país.
A pesar de ser tan pequeño, ya sabe que su país ha sufrido una escalada de violencia en los últimos tiempos. Él hace solamente dos años que llegó a Nueva York, pero le gustaría hacer de este mundo un lugar mejor.
Las palabras del niño han logrado casi medio millón de likes en un día y los usuarios de las redes sociales se han volcado en una celebración masiva de sus ideas, que van a contracorriente respecto a las medidas del actual gobierno.
Las declaraciones de este “candidato a la presidencia” fueron recogidas por el proyecto fotográfico Humans of New York, que ya ha retratado la vida de más de 10.000 neoyorkinos.
Aunque tengan que esperar unos años, son muchos los adultos que ya están dispuestos a darle su voto. Y es que ¿la política no es eso? ¿fantasías aliñadas con medias verdades para que parezcan creíbles?
Este es el discurso entero del niño:
“ Nací en Venezuela. Llegué aquí hace dos años. Quiero ser Presidente de Venezuela para cambiar las cosas y lograr un mundo mejor. ¿Sabías que a veces, en Venezuela, la gente se dispara a propósito? Yo cambiaré eso. También haré leyes contra el abuso de personas y para que no se piense mal de los demás. Y haré una ley para que no se corten ni se maten demasiados árboles. Y haré una ley para no matar demasiados animales, porque los animales comen insectos, y no queremos tener una plaga de insectos. También me aseguraré que no malgastamos agua o comida. O, si hay sobras de comida, tendremos que asegurarnos de tirarlas a la basura. No puedo ser presidente ahora porque sólo tengo ocho años. Pero ya me han avanzado un curso”.
