Zhong Shu, el dueño de una granja en China, se encontró al pobre bichín solo, escondido en un trozo de madera. Pero el pequeño no tardó mucho en integrarse con las cabras del señor Shu.
"El monito lleva aquí unos cinco días. Cuando lo encontré estaba en ese trozo de madera de ahí" explicó. "En cuanto me vio, empezó a correr atrás y adelante, estaba asustado de mí".
"Después de eso trepó a la espalda de esa cabra". Durante el día la cabra sale a pastar al exterior mientras el monito se aferra a su espalda. Por las noches duermen acurrucados juntos, sin separarse nunca.
Pero parece que esta bonita historia tiene los días contados. Pronto las autoridades vendrán a recoger al pequeño para llevarlo a un zoo y cuidarlo allí hasta que esté preparado para volver a su hábitat.