La inteligencia estadounidense cree que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, estuvo directamente involucrado en la estrategia de ciberataques rusos para interferir en las elecciones presidenciales en Estados Unidos, ganadas por Donald Trump.
Las cadenas de televisión NBC, CBS y ABC divulgaron este jueves esa conclusión, todas ellas con información de funcionarios de inteligencia estadounidenses obtenida bajo anonimato.
Entre otras cosas, los ciberataques generaron el robo y la publicación de 20.000 correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata y otros muchos mensajes de la campaña de la rival del republicano Trump en la carrera presidencial, Hillary Clinton.
Los funcionarios citados por NBC aseguran que la nueva información de inteligencia, que procede de "fuentes diplomáticas y espías que trabajan para los aliados de Estados Unidos", muestra que Putin "dirigió personalmente" cómo filtrar y usar ese material robado a los demócratas.
Un reciente informe de la CIA, divulgado la semana pasada, indica que esa y otras agencias de inteligencia han concluido que Rusia realizó ciberataques contra el proceso electoral en Estados Unidos no sólo para desestabilizar, sino para ayudar a ganar a Trump.
Además, Trump ha tachado de "ridícula" la conclusión de la CIA de que Rusia le ayudó a ganar las elecciones con esos ciberataques.
A través de su cuenta de Twitter, Trump volvió a cuestionar las conclusiones de la comunidad de inteligencia y del Gobierno del presidente Barack Obama sobre el pirateo ruso.
Su portavoz Jason Miller, en su conferencia telefónica diaria con la prensa, echó balones fuera cuando se le preguntó por la nueva información sobre la conexión directa de Putin con el espionaje.
Mientras, la Casa Blanca ha dicho que apoya que el Congreso realice una investigación, como están solicitando senadores de ambos partidos, de los ciberataques rusos.
El propio Obama ordenó la semana pasada a las agencias de inteligencia realizar una revisión exhaustiva de los ataques cibernéticos contra el proceso electoral precisamente para recabar evidencias que puedan ser presentadas al Congreso, previsiblemente antes de que él deje la Casa Blanca el 20 de enero.