Se trata de ‘Cayla’, una muñeca que además de hablar múltiples idiomas porta un collar en forma de corazón que se ilumina cuando habla, sin embargo, dicho objeto no es más que un micrófono que graba todas las conversaciones a su alrededor.
Así lo reveló Rod Soto, un investigador de Hack Miami, quien asegura que esta muñeca raya en lo ilegal debido a que graban conversaciones privadas a costa de la diversión de los niños.
Es por ello que él y algunas organizaciones de protección al consumidor han hecho un llamado a la Comisión de Comercio para que se haga una investigación al respecto sobre este tipo de juguetes que atentan contra la privacidad de sus ciudadanos.