Ya sea por curiosidad o reto, las personas se atrevieron a probar los grillos comestibles traídos desde el sur del país.
Se exhibían junto a otras frutas de la temporada de invierno en las carretas que ambulan en diferentes puntos de la ciudad.
La preparación de estos grillos deshidratados, es relativamente sencilla, se ponen en un vaso con chile y limón.
Quienes ya los probaron dicen que tienen un sabor parecido a los charales o camarones secos.
En México se comen los chapulines desde tiempos prehispánicos y hasta la actualidad.
Según el portal Biodiversidad Mexicana, estos insectos proporcionan gran cantidad de proteínas y pocas grasas.
¿Y usted, se atrevería a probarlos?
