La crisis humanitaria es como la que vimos en la Segunda Guerra Mundial; el tamaño del éxodo en Siria no se había visto antes; nos hemos quedado sin palabras para describir el horror, afirmó Dailo Allí Alonso, encargado de Comunicación de la Unicef.
El analista Maruan Soto Antaki coincidió que Siria ya sólo existe en el nombre; ése es el tamaño del desastre humanitario en ese país.
Soto Antaki pidió diferenciar entre una crisis de migración y una crisis de refugiados, porque, dijo, en este caso ellos no están migrando, sino que debieron buscar refugio en otro lado porque la situación de su país así lo demanda, con los problemas internos y con grupos como el Estado Islámico, que tiene una clara intención genocida.
Ante la crisis de refugiados, no ha habido reacción adecuada.
Parte del problema, dijo Soto Antaki, es que cuando hablamos de edificios derrumbados, omitimos hablar de la gente; cada vez que se habla de que hubo un ataque a una escuela, no se dice que había niños allí que se quedaron atrapados y hoy los niños sirios tienen pánico de entrar a la escuela, redondeó Allí Alonso.
Ésa es la otra parte de la tragedia, afirmó el analista, porque hay una generación de sirios en campos de refugiados, niños y adolescentes, que perdieron la educación; si hoy terminara la guerra, hablamos de que pasarían 25 años para que estos chicos empiecen a hacer algo de su vida. Toda una generación perdió su educación, sus estudios.
Además, cuando se recupera una zona, tenemos civiles que pierden el acceso a la educación y el impacto en el cerebro de la violencia, es similar al de la desnutrición. Tenemos que conseguir que 20 millones de niños se curen las heridas, de acuerdo con Dailo Allí Alonso.
Lo primero, destacó Soto Antaki, es tratar de tranquilizar Siria para empezar a esbozar las soluciones. Ha habido proyectos de darle refugio a algunos sirios; son soluciones increíblemente loables, pero no es lo que se necesita. Quizá en este momento la única vía son las organizaciones internacionales, como la Cruz Roja o la Unicef.
Tenemos que movilizarnos para sanar las heridas de los niños, hacer falta colaborar y donar, no quedarse sentados. Hay 13 millones de personas afectadas, falta dinero para que 20 millones de niños tengan vacunas, subrayó Dailo Allí Alonso.
En este esquema, además, los padres prefieren casar a sus hijas, hay repunte de trabajo infantil; tenemos que cambiar el esquema de educación, porque sabemos que los niños no van a la escuela en la mañana, porque tienen que sobrevivir, estamos hablando de gente que tiene que comer, coincidieron.
Dailo Allí Alonso llamó a la gente que desee colaborar a hacer donaciones en donaunicef.org.mx.