Cuenta la leyenda que hace muchas, muchas décadas atrás las mujeres debían mantenerse relativamente en forma, ya que vivían bajo la tiranía de los malvados jeans. Una prenda de ropa, en ese entonces, tan poco elásticas y de gran grosor que reinaba en la moda casual.
¿Salir a la calle en pants? ¡Sacrilegio! ¡Que la echen a la hoguera! ¡Cómo se atreve Bueno, entienden el punto. Fuera del gimnasio la comodidad del hogar los pants no eran socialmente aceptados. Esto cambiarán con la llegada de la música Rap y su boom en los 90's, pero afortunadamente las mujeres no tendrían que esperar tanto para liberar su piernas de la tiranía de los jeans y la incomodidad de las faldas en su uso informal.
Si bien su influencia se podía percibir en la moda desde la mitad del siglo XX, fue en 1970 que la diseñadora Patricia Field inventó la prenda que revolucionó la forma en que las mujeres se aproximan a la moda, pasando del estilo a la comodidad.
Dicen por ahí que al mirar por primera vez su creación Field supo que ésta tenía el poder de brindar dicha a millones de mujeres que sufrían cada día para entrar en sus jeans, pero también el potencial de ocasionar una rebelión tan grande que terminaría en un caos que llevaría al género femenino a subir de peso sin darse cuenta.
Y es que sin el indicador del cierre abajo o la lucha diaria acostada sobre la cama para alcanzar el botón de los jeans ¿cómo iban a notarlo? (Por si no lo saben existe algo llamado Síndrome Decembrino el cual explica que si comes delicioso hasta que no te quepa nada más en el estómago, tomas alcohol para acompañar tus alimentos, y te la pasas increíble durante ese mes la percepción de tu físico se distorsiona ocasionando una ceguera temporal que no te deja ver ni sentir los kilos que has aumentado). Es en serio, existen miles de estudios al respecto con estadísticas y todo, pero -las grandes industrias de tamales y alcohol no quieren que sepas, por eso no encuentras nada en Google-.
Regresando al tema, Field luego tuvo una mayor preocupación: qué si sí lo notaban y simplemente dejaba de importarles porque "ya no necesitan usar jeans nunca más. De repente, la diseñadora tuvo una premonición y pude ver el futuro: sería en el siglo XXI cuando llegaría a existir un híbrido llamado "jeggins", una especie de leggins imitación de mezclilla. En ese momento supo que había creado un monstruo que debía ser restringido.
