A un año de su partida, Juan Manuel Ley, fortalece su legado.
Con una misa en la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, este domingo, se recordó el primer aniversario del fallecimiento del señor béisbol.
Durante la ceremonia, el presbítero Manuel Silva, recordó los valores del expresidente de los Tomateros de Culiacan, que falleció victima de un infarto.
Asistieron su esposa, Josefina Bastidas de Ley, sus hijos y sus hermanos, Alvaro, Diego y Marcos.
Juan Manuel, que durante medio siglo se quedo al frente del equipo guinda, se gano el respeto y admiración de todas las esferas sociales, por el aporte que brindo con los Tomateros, cuya franquicia coloco en primeros planos a nivel nacional y de la Confederación del Caribe.
El exitoso empresario, deja una huella imborrable. Un hueco difícil de llenar, revoluciono el béisbol y fue factor clave para el engrandecimiento del beisol en México y la propia confederación del caribe.
10 títulos en la Mexicana del Pacifico, dos coronas de series del Caribe y la construcción del nuevo estadio guinda quedan como sus obras imborrables.
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