Hombres, mujeres, niños de todas las edades que nacieron en una Nación Indómita, con lengua y tradiciones, usos y costumbres que han resistido a milenios de lucha.
Hermanados con el desierto de Sonora y la sierra del Bacatete, han crecido con el orgullo de una tribu jamás vencida.
Gracias a la tradición oral, los mayores han heredado la historia de los primeros pobladores, el origen de la raza del Pascola y el Venado.
De mirada firme, que emite mensajes de fortaleza y sinceridad, los ojos de los Yaquis son ventanas abiertas al juramento que los une.
Son los rostros de esperanza, de fe ante los infortunios, la faz de un territorio moreno y la indomable expresión de que la tradición estará siempre viva