El alza en los combustibles también ha comenzado a afectar a la industria editorial de Cajeme, con el incremento al doble en el costo de los fletes. Situación que ha llevado a implementar algunas estrategias que ayuden a mitigar los daños, aunque resulta insuficiente.
Herminia Ochoa Quezada, empresaria del sector, solicitó al Gobierno del Estado, a través de la Secretaría de Educación y Cultura, que como una medida de apoyo al golpeado sector, que prohíba a las escuelas públicas y privadas el vender libros. Medida que consideró, además beneficiaría a los padres y madres de familia, al adquirir los libros de sus hijos a un precio más bajo.
La empresaria con más de cuatro décadas en el ramo, afirmó que dicha situación la enfrentan las cuatro librerías existentes en Cajeme, problema que además se suma a la digitalización de libros, la falta de cultura de la lectura y la actual situación económica.