El ser humano es un investigador por naturaleza, pues siempre quiere saber cómo se hacen las cosas, prueba de ello son las modificaciones en el ADN y las diferentes pruebas a las que someten a los animales, lo que ocasiona la alteración de diversos ecosistemas.
Algunas de las especies han muerto cuando les cambian su entorno y otras simplemente se han adaptado como lo son los hámsters.
De ser las criaturas más tiernas de todo el universo, estos roedores ahora son considerados como mini-bestias que están dispuestas a matar a sus semejantes. Normalmente, el hámster salvaje lleva una dieta rica en semillas, raíces y uno que otro insecto. Sin embargo, desde que su hábitat natural cambió y sus fuentes de alimento fueron eliminadas para convertirse en campos de cosecha, éste también tuvo que evolucionar.
Según lo que encontramos en el reporte de unos científicos (The Royal Society) , comer sólo maíz ha causado deficiencias vitamínicas en sus cuerpos, y como seres que no se guían a base del raciocinio, comenzaron a buscar lo que les faltaba entre los de su propia especie. Estos pequeños ahora gustan del sabor de la sangre y no lo piensan dos veces antes de matar.
Esto ha impresionado a los científicos pues se ha descubierto otra faceta de este “tierno” animal y sin duda alguna seguirán investigando para saber qué otros comportamientos interesantes desarrollan durante los periodos de prueba.