El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, pidió al Gobierno de Estados Unidos eliminar cuanto antes el veto que impuso a ciudadanos de siete países de mayoría musulmana, así como a refugiados sirios.
Añadió que las medidas que discriminan en base a religión, etnia o nacionalidad "violan nuestros principios básicos y creo que no son efectivas para evitar que terroristas entren a Estados Unidos o a cualquier otro país".
Advirtió que tomar medidas que "esparcen el miedo y la ansiedad" ayudan solamente a detonar los mecanismos de reclutamiento de las organizaciones terroristas en el mundo.
La nueva política de Washington establece además que "las personas sean devueltas, sin evaluaciones individuales y procedimientos de asilo adecuados, a lugares donde corren el riesgo de ser sometidas a tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes", advirtieron.
Estas prácticas son contrarias a las leyes humanitarias internacionales que defienden el principio de no devolución.
Los expertos de la ONU destacaron que Estados Unidos está involucrado directamente en los conflictos de Iraq y Siria, por lo que su responsabilidad debe extenderse a ofrecer refugio a los que huyen de estos conflictos.