La única vez que México invadió Estados Unidos


El ataque a Colombus fue y sigue siendo el único caso de una fuerza militar extranjera que haya atacado territorio de Estados Unidos desde la guerra británica-estadounidense de 1812
La única vez que México invadió Estados Unidos

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miércoles, 15 de marzo de 2017 0:00

En la historia de México se pueden identificar varias invasiones a nuestro territorio; sin embargo, nosotros nunca hemos invadido otro país ¿cierto? ¡Error! Sí lo hicimos, tal vez no como nación pero alguna vez existió un mítico personaje capaz de enfrentarse a las tropas estadounidenses en su propio terreno: Francisco Villa.

La madrugada del 9 de marzo de 1916, exactamente a las 4:35 am con al menos 500 hombres Villa atacó el pequeño pueblo de Columbus y el fuerte militar Furlong en Nuevo México.

Según Friedrich Katz, autor de The Life and Times of Pancho Villa, el ataque a Colombus fue y sigue siendo el único caso de una fuerza militar extranjera que haya atacado territorio de Estados Unidos desde la guerra británica-estadounidense de 1812.

¿Pero por qué lo hizo? Si analizamos el ataque podríamos decir que fue un completo fracaso, se calculan unas 70 bajas villistas contra unas 20 estadounidenses, no se capturaron gran cantidad de armas ni hubo grandes daños al fuerte; sin embargo esas nunca fueron las intenciones de Villa, quien era mejor estratega que bandido incluso.

El impacto del ataque fue totalmente político. El ejército y los ánimos de Villa estaban debilitados por sus continuas bajas y perdidas en la guerra contra el Presidente Venustiano Carranza, quien tenía apoyo completo por parte del gobierno estadounidense. Así, conspiró la invasión buscando un solo objetivo: que Estados Unidos respondiera. Y lo hizo.

El presidente estadounidense Woodrow Wilson mandó como contraataque la “Expedición Punitiva” con tanques, aviones y unos 10 mil soldados que marcharon hacia el territorio mexicano en busca de Villa. Y con cada día que Carranza no hacía nada para detener la invasión su popularidad disminuía ante las clases sociales más bajas, mismas que tomaron el lado del caudillo del norte y pasaron a considerarlo de asesino a héroe nacional.



El general John J. Pershing, quien posteriormente comandaría las tropas estadounidenses en la Primera Guerra Mundial, buscó a villa por todas partes, sin embargo, de acuerdo con el historiador Enrique Krauze en su obra Caudillos de la Revolución Mexicana su respuesta al Presidente siempre fue la misma: “Tengo el honor de informar a usted que Francisco Villa se encuentra en todas partes y en ninguna".

¿Cómo fue posible que el ejército estadounidense con toda su tecnología y capacidad no encontrará a un hombre? Parece increíble, pero las estrategias utilizadas por Villa para esconderse son casi míticas. Se dice que en una ocasión hizo que colocaran las herraduras al revés en todos su caballos, con la intención de que su rastro quedara registrado en sentido contrario. Además, fue lo suficientemente inteligente no sólo para avivar el sentimentalismo nacional sino también para mantener unido a su ejército. Nunca hubo deserciones masivas debido a la lealtad que su carisma y terror inspiraba en sus seguidores. Preferían morir antes de delatar su ubicación y así lo hicieron, hasta que el ejército estadounidense se vio enfrentado por algo más que bandidos sino por todo un pueblo.

Pocos conocen esta historia, sucedió en Parral, Chihuahua, donde las tropas estadounidenses, ignorando las órdenes de sus aliados carrancistas, condujeron sus tropas hasta el centro de la ciudad. Ahí, una joven profesora, de nombre Elisa Griensen Zambrano dio la cara y acompañada por un grupo de estudiantes de primaria se enfrentó a las tropas gringas pidiendo su retirada. ¿Cómo dejar pasar este acto de valentía y nacionalismo? Imposible, el pueblo pronto siguió sus pasos y armados con piedras, palos y rifles viejos iniciaron una revuelta que hizo huir a los estadounidenses al mismo tiempo que hizo evidente para el Presidente Venustiano Carranza que ya no podía seguir apoyando la expedición.

El 5 de febrero de 1817, mismo día que se promulgó la Constitución, apareció en escena Pancho Villa, a quien muchos habían dado por muerto tras pasar tres meses oculto en una cueva, y esta vez acompañado de militares oficialistas mexicanos pelearon para sacar a las tropas estadounidenses del país. De esa forma, la Expedición Punitiva una de las misiones más costosas para buscar a un solo hombre fracasó terriblemente.

Villa murió a sus 45 años finalmente en una emboscada el 20 de julio de 1923 en Parral:12 balazos y un tiro de gracia le abrieron la tumba. La historia oficial cuenta que el culpable fue un diputado de la legislatura estatal del gobierno de Durango llamado Jesús Salas Barraza y un tal Melitón Lozoya, sin embargo se dice que fue el gobierno mexicano quien envió a un militar a matar a Villa, el cual por 50 mil pesos y un ascenso accedió. Además, es muy posible que personas de los Estados Unidos hayan participado.



Se dice que su cadáver fue decapitado y su cabeza entregada a William Randolph Hearst, quien fue un empresario, político y magnate de la prensa estadounidense, quien pagó 5 mil dólares por el trofeo.

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