Tras la fuga de los 5 internos de alta peligrosidad del penal de culiacán, ocurrida la mañana del día jueves, se puso en evidencia por un lado la facilidad con la que el crimen organizado puede sacar del reclusorio a quien quiera y a la hora que quiera y por otro el grado de colusión que existe en el centro penitenciario.
La Secretaría de seguridad pública estatal, confirmó que los reos evadidos son Juan José Esparragoza Monzón, hijo de “el azul” Jesús Péña Gonzalez, alias el peña o el 20, Jesús Limón Sanchez, Francisco Javier Zazueta Rosales, alias Pancho Chimal y Rafael Guadalupe Félix Sanchez, “el changuito antrax”, todos ellos líderes de distintas células delincuenciales relacionadas con el cartel de sinaloa.
Todos ellos con amparos otorgados por un juez federal para evitar su traslado a penales de máxima seguridad y otros para evitar su extradición.
Sobre el caso particular de Juan José Esparragoza Monzón, el secretario comentó que este persona no contaba con seguridad especial, ya que solo estaba en espera de una resolución judicial, es decir no estaba procesado, se quedó en el penal de culiacán gracias a un amparo otorgado por el juez para evitar ser trasladado a un penal de máxima seguridad.
Muy a pesar de la gravedad de la situación, el secretario de seguridad pública Genaro Robles, negó que esto lo lleve a considerar presentar su renuncia, reafirmó su compromiso de reforzar las estrategias y junto a las fuerza federales restablecer la seguridad en sinaloa, este evento en particular dijo evidencía el grave problema de la corrupción que hay a todos los niveles de los cuerpos de seguridad.
La investigación sobre la evasión está a cargo de la Procuraduría General de la República, sin embargo de acuerdo a las primeras indagatorias todo indica que existieron facilidades para fuga de los internos, es decir complicidades y corrupción por parte de algunos servidores públicos.
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