En una esquina en las calles se pueden observar las carretas con pan elaborado por familias que buscan el diario sustento.
Leños, corbatas, mantequillados, conchas de vainilla o chocolate, polvorones, bollitos o bisquets son acompañados con un refresco, leche o café.
Por un costo de once pesos se satisface un antojo, se ayuda a la economía local al adquirir este tipo de pan libre de conservadores.
Ya sea por antojo, para aguantar el hambre o por gusto el pan no sabe mal.
También te puede interesar: