El presidente Donald Trump decidirá el próximo mes de mayo si finalmente decide sacar a Estados Unidos del Acuerdo de París, un acuerdo histórico alcanzado en 2015 que comprometió por primera vez a los países en la lucha contra el cambio climático, según informó la Casa Blanca.
Sean Spicer, portavoz del gobierno, sostuvo que el mandatario dará a conocer su decisión antes de una cumbre de líderes del G7 en la isla de Sicilia, Italia, que se celebrará el 26 y 27 de mayo.
Estados Unidos, uno de los países más contaminantes del mundo, bajo la presidencia de Barack Obama decidió sumarse a la iniciativa al considerar que es "la mejor oportunidad que tenemos" para salvar el planeta, según explicó el anterior presidente estadounidense el pasado septiembre durante la ratificación del acuerdo para luchar contra el cambio climático.
Pese a la presión internacional y las críticas de reconocidos científicos, Trump atacó el acuerdo de manera continua durante la campaña electoral y mostró su desdeño por el cambio climático, al que llegó a definir en el 2012 como un invento de China.
El candidato negó en el debate haber dicho que el cambio climático era un montaje. Internet tiró de su hemeroteca para demostrar que mentía (otra vez).
The concept of global warming was created by and for the Chinese in order to make U.S. manufacturing non-competitive.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 6 de noviembre de 2012
De hecho, prometió que si llegaba a la Casa Blanca abandonaría el Acuerdo de París, que entró en vigencia el 4 de noviembre tras ser firmado por casi 200 países.
Los primeros pasos en materia ambientalista del mandatario han alarmado a los defensores del medio ambiente. Entre sus decisiones más polémicas está la de nombrar a Scott Pruitt al frente de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés).
Pruitt es un abogado conocido por su escepticismo sobre el cambio climático. En numerosas ocasiones desafió iniciativas de la anterior administración y el departamento que ahora dirige que iban destinadas a la reducción de emisiones causantes del cambio climático. A principios de marzo, llegó a contradecir a la ciencia al afirmar que el CO2 no es la causa principal del calentamiento global.
Según varios reportes de medios, Pruitt es además una persona muy cercana a las empresas petroleras.
Cómo podría salir del Acuerdo
Al poco de la llegada de Trump al Despacho Oval, las referencias al cambio climático fueron eliminadas de la página web de la Casa Blanca. Tras jurar como presidente, la información sobre el calentamiento global y los planes de la administración Obama para combatirlo desaparecieron de la web oficial.
“El presidente Trump está comprometido a eliminar las políticas dañinas e innecesarias como el Plan de Acción para el Clima y el reglamento de las Aguas de los Estados Unidos. El levantamiento de estas restricciones ayudará mucho a los trabajadores estadounidenses, aumentando los salarios en más de $30,000 millones en los próximos 7 años (...) La Administración Trump adoptará la revolución de petróleo y gas de esquisto para generar empleos y prosperidad a millones de estadounidenses”, se aseguró en la web con el nuevo Gobierno.
Today, I was pleased to announce the official approval of the presidential permit for the #KeystonePipeline. A great day for American jobs! pic.twitter.com/5ga6XmpStG
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 24 de marzo de 2017
Y añadía que "la Administración Trump también está comprometida con la tecnología limpia del carbón y con la reactivación de la industria carbonífera de Estados Unidos, que ha estado sufriendo durante demasiado tiempo”.
Si finalmente Trump decide dar marcha atrás y salirse del acuerdo, podría hacerlo -según fuentes cercanas al presidente dijeron a Reuters- mediante una orden presidencial que invalide la firma de Barack Obama en el documento de París. Podría también someter la decisión a una "votación simbólica" en el Senado que, sin problema, ganaría al estar controlado por los republicanos.
Otra vía para evitar cumplir con los compromisos medioambientales podría ser el envío de una carta de retirada a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), adoptada en 1992.
Igualmente, podría llegar a que, sin tener que retirarse de manera formal, simplemente busque el boicot al acuerdo y no cumpla con los programas diseñados para luchar contra la emisión de gases de efecto invernadero.
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