¿Recuerdan aquellas bromas sobre cómo podían confiarle los códigos nucleares a un hombre que no puede controlar sus dedos para enviar un tweet? Bueno, afortunadamente no se trató de un ataque nuclear, pero tampoco fue una pequeña advertencia.
Ayer el Presidente Trump tomó la decisión final de lanzar no 10, no 15, no 20 ni 30 sino 59 misiles Tomahawk desde los buques estadounidenses USS Porter y USS Ross hacia la base siria de al-Shayrat, en la provincia de Homs. De acuerdo con el Pentágono, los servicios de inteligencia estadounidenses determinaron que los aviones que lanzaron el ataque químico contra la localidad de Jan Sheijun hace unos días habían despegado desde esa base.
El hecho de que Estados Unidos intervenga militarmente en conflictos internacionales no debería de sorprendernos ya, ¿entonces por qué tanto escándalo por las recientes acciones de Trump?
El problema aquí es el mensaje que se dio con dicho lanzamiento, un mensaje fuerte y claro que no va dirigido sólo para el presidente sirio Bashar Assad, sino también para sus naciones aliadas Rusia, Irán y China, irónicamente mientras el ataque tomaba
lugar, Trump se encontraba en compañía del presidente chino, Xi Jinping.
El mensaje es una advertencia, un símbolo de poder. Trump ha dejado claro que ha diferencia de su antecesor Barack Obama él no teme usar el poder militar para equilibrar la balanza ante actos de esa humanidad. Y es que nadie pone en duda que la tragedia ocasionada por el ataque con armas químicas que dejó más de 80 muertos y 160 heridos es reprochable y barbárico, pero la intervención estadounidense no puede tampoco tomarse a la ligera. Independientemente que el saldo de su ataque haya sido de nueve civiles muertos, entre ellos cuatro niños. Vidas son vidas.
Si bien la mayoría del Congreso, incluso algunos de sus fuertes críticos como el Senador John McCain, han aplaudido el ataque como una medida necesaria, otros congresistas consideran que la acción se encuentra fuera del marco legal ya que nunca tuvo aprobación del Congreso. Es decir, se trató de una decisión unilateral.
“Mientras todos condenamos las atrocidades en Siria, los Estados Unidos no fueron atacados”, dijo el Senador Rand Paul en una declaración pública. “El Presidente necesita autorización del Congreso para acciones militares como se requiere en la Constitución y lo llamo a acudir al Congreso para llevar a cabo un debate al respecto”.
De igual manera, el Senador Tim Kaine, declaró a la prensa que si bien él había votado previamente a favor de tomar acción militar en Siria, considera que al fracaso de Trump al no buscar aprobación del Congreso solo puede considerarse como ilegal.
Lo más irónico de todo ésto, es que fue el mismo Trump quien alguna vez acusó en su cuenta de Twitter a Obama de querer tomar medidas ilegales sin aprobación del Congreso en el 2013.
What will we get for bombing Syria besides more debt and a possible long term conflict? Obama needs Congressional approval.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 29 de agosto de 2013
Ahora ante lo reclamos, Trump asegura que no requería de aprobación, ya que muchas acciones de Estados Unidos en Medio Oriente se han basado en la Autorización para Uso Militar aprobada en el 2001 a raíz del 9/11.
Sin embargo, en su cuenta de Twitter, la demócrata Barbara Lee, representante en el Congreso por el 13avo distrito de California, asegura que los ataques en Siria se encuentran fuera de esta autorización.
I was the lone vote against 2001 AUMF. Syria strikes are far beyond the scope of this war authorization. @SpeakerRyan needs to bring a vote.
— Rep. Barbara Lee (@RepBarbaraLee) 7 de abril de 2017
Y calificó las acciones como “un acto de guerra”.
This is an act of war. Congress needs to come back into session & hold a debate. Anything less is an abdication of our responsibility. https://t.co/GvHML3ByeI
— Rep. Barbara Lee (@RepBarbaraLee) 7 de abril de 2017
La autorización mencionada indica “que el Presidente está autorizado a usar todas la fuerza necesaria y apropiada en contra de aquellas naciones, organizaciones o personas que él considere planearon, autorizaron o ayudaron a los ataques terroristas ocurridos el 11 de Septiembre del 2011, o albergaron a dichas organizaciones o personas, para prevenir cualquier futuro actor de terrorismo internacional en contra de los Estados Unidos”.
Entonces ¿cómo interpreta Trump dicha autorización como un permiso para tomar decisiones militares unilaterales con consecuencias internacionales? ¿Es este el inicio de más acciones sin cumplir los procesos legales de su propia Constitución? Eso es algo que tristemente creo que averiguaremos pronto.
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