Durante un partido de tenis en el Sarasota Open entre el francés Tiafoe y Mitchell Krueger, la gente se quedó de una pieza cuando mientras había un silencio absoluto comenzaron a escuchar los gemidos de una pareja teniendo relaciones.
Los gritos de placer fueron el motivo por el que los jugadores, así como el público quedaran desconcertados, a pesar de que el incidente se tomó con gracia por parte de los dos tenistas, al punto en el que uno arrojó una pelota en el sentido en el que provenían los sonidos, mientras que el otro gritó: "No puede ser tan bueno!".
Los ruidos venían desde un departamento ubicado a un costado del complejo tenístico en donde se desarrollaba el juego.
El partido culminó con el triunfo de Tiafoe 6-3, 6-2.
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