Los estacionamientos de algunos hoteles resultan insuficientes para albergar al alto número de motocicletas propiedad de quienes vienen a Mazatlán a participar en la semana de la moto.
Los caballos de acero se pudieron observar incluso estacionados en los pasillos de acceso a los centros de hospedaje.
Las motocicletas, permanecían estacionadas en cualquier espacio, de los hoteles, pues los cajones y zonas para dejar los vehículos de los huéspedes, no bastaron para dar cabida a tanta moto.
Los huéspedes que entraban y salían de los hoteles locales, tenían que buscar la manera de pasar por las zonas que eran obstruídas por las motocicletas que a falta de espacio, ocupaban los pasillos de algunos hoteles.
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