¿Es verdad que Corea del Norte amenazó con atacar a Estados Unidos?


La desinformación en las redes sobre temas bélicos, especialmente aquellos que involucran a Estados Unidos, ha llegado a un nuevo nivel de amarillismo
¿Es verdad que Corea del Norte amenazó con atacar a Estados Unidos?

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lunes, 24 de abril de 2017 0:00

La mayoría de los titulares dan a entender prácticamente el inicio de una tercera guerra mundial con enfrentamientos entre la potencia americana y Corea del Norte, pero qué tanto de lo que se dice es verdad.

En el caso de la relación entre ambas potencias, o más su falta de relación diplomática, es indudable que las tensiones han ido aumentado en este último mes, sin embargo es importante alejarse de los titulares alarmistas y comprender los hechos tal y cómo se han ido presentando para tener un verdadero panorama de la situación.

Origen del conflicto en Corea y el papel de Estados Unidos

Si vamos a hablar de la intervención de Estados Unidos y la posibilidad de una guerra con Corea del Norte es importante entender que a diferencia de otros conflictos en los cuales el vecino norteamericano ha intervenido como pacificador, en el caso de la península coreana el conflicto parte de la Guerra Fría, cuando la zona quedó a merced se los soviéticos y estadounidenses.

En 1948 ambas potencias dejaron la península y se realizaran elecciones. El problema es que debido a la influencia de dos sistemas políticos y económicos completamente opuestos el resultado fue una réplica del conflicto entre Rusia y Estados Unidos. En el Norte, se impuso el comunismo de Kim Il Sung, mientras que en el Sur ganó la dictadura capitalista de Syngman Rhee.

En 1950 Corea del Norte inició la invasión hacia el sur, y como parte del Consejo de Seguridad de la ONU Estados Unidos encabezó su defensa. El conflicto alcanzó su máximo punto una vez que China y Rusia intervinieron para apoyar al norte. Y desde entonces la situación continúa y la enemistad entre Rusa y Estados Unidos no ayuda.

Evolución del conflicto en la actualidad

Como si la muestra de poder militar que Estados Unidos dio al mundo tras enviar misiles a Siria no hubiera sido suficiente, el Presidente Trump anunció que había ordenado movilizar el portaaviones militar USS Carl Vinson y su grupo de ataque hacia aguas cercanas a Corea del Norte como medida disuasoria ante la respuesta a las declaraciones del régimen de Kim Jong-un que insinuaban que el ataque en Siria justificaba su armamento militar.




Todo esto incrementó la tensión al grado de que iniciaron las alusiones de un posible ataque preventivo de Washington contra la capital norcoreana de Pyongyang, por lo que para dar muestra de su arsenal el régimen de Kim Jong-Un exhibió el 15 de abril unos misiles submarinos intercontinentales durante un desfile y al día siguiente llevó a cabo nuevas pruebas militares.



Irónicamente, cuando Trump hizo la declaración el portaaviones ni siquiera se encontraba en trayectoria a la península coreana sino que se encontraba realizando maniobras conjuntas con Australia en el Océano Índico y durante 10 días no hizo ningún cambio de ruta.

El gobierno estadounidense ni siquiera se había molestado en desmitificar el hecho de que el USS Carl Vinson NO SE DIRIGÍA A COREA DEL NORTE, fueron los medios de comunicación chinos quienes primero descubrieron este suceso, el cual podría llamársele un engaño por parte del gobierno estadounidense para infundir terror.

Finalmente el 19 de abril, de acuerdo a fuentes militares surcoreanas el portaaviones de propulsión nuclear clase Nimitz (la mayor del mundo en términos nucleares) comenzó a desplazarse hacia la dirección proyectada, donde se esperaba que llegara a finales de abril.

El punto máximo de tensión de la actual controversia

Mientras el buque estaba en su trayecto, se rumoró de la posibilidad de que el régimen norcoreano realizara una nueva detonación atómica subterránea. Esto aunado a la apertura de información sobre la detención de un profesor de 50 años estadounidense de origen coreano, es decir con doble nacionalidad, en Corea del Norte el 14 de abril, nos lleva a la controversia actual del supuesto ataque a Estados Unidos.

Este es el tercer arresto reciente de un ciudadano estadounidense en Pyongyang. En este caso se trató del profesor de la Universidad Yanbian de Ciencia y Tecnología, que se encontraba en la región realizando programas de cooperación humanitaria por lo que se desconoce las razones de su arresto en el aeropuerto cuando se dirigía a su ciudad de origen en Corea del Sur.

Actualmente también se encuentran encarcelados por el régimen norcoreano, Kim Dong-chul, un sexagenario de origen surcoreano capturado en una zona fronteriza con China, y el estudiante Otto Frederick Warmbier, que presuntamente trató de robar un cartel de propaganda en el hotel en el que se alojaba como turista. Ambos fueron condenados este año a 10 y 15 años de trabajos forzados respectivamente.

Desde el 2009, más de 10 ciudadanos estadounidenses han sido detenidos en la región por cargos de crímenes contra el Estado y otros no especificados, por lo que el director del Centro Internacional de Seúl de Investigación sobre Corea del Norte, Ahn Chan-il, señaló a la agencia Yonhap que señaló el régimen podría estar utilizando estas detenciones como moneda de cambio en negociaciones con Washington ante la escala de tensiones.

Ahora el Carl Vinson ya se encuentra en el Océano Pacífico y de acuerdo con el Ministerio nipón de Defensa, el 22 de abril, Japón y Estados Unidos iniciaron maniobras navales conjuntas de comunicación en el área antes de dirigirse a aguas próximas a la península de Corea.



Ayer, 23 de abril, Corea del Norte advirtió que tiene la capacidad de hundir el portaaviones estadounidense en el momento en que se acerque a sus aguas.

“Nuestras fuerzas revolucionarias están preparadas para combatir a un portaaviones estadounidense con un solo ataque”, dijo en su columna de opinión el periódico Rodong Sinmun, el órgano portavoz del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte.

Hay que aclarar que esta declaración NO VINO DIRECTAMENTE DEL LÍDER KIM JONG-UN, si bien el periódico representa al partido gobernante, no puede ser considerada una declaración de guerra ni mucho menos un amenaza del nivel que las redes sociales y otros medios de comunicación han manifestado en sus titulares.

De esta forma es fácil entender como el vapor se ha ido acumulando entre ambas potencias a base de declaraciones para dar muestra de fuerza y poder, las cuales han desatado acciones que pretenden crear miedo en ambos lados del hemisferio. Lo alarmante es que en este caso, tanto Trump como Kim Jong-Un son personajes volátiles que han demostrado no temer a presionar “el botón” que lleve a la muerte de inocentes.

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