Una fotógrafa estadounidense de 22 años participaba en un entrenamiento militar con fuego real en Afganistán cuando se produjo una explosión inesperada que acabó con su vida. El momento fue inmortalizado por su cámara, un par de instantáneas en primera línea, pero acabó muriendo poco después, junto con cuatro personas más.
Los hechos ocurrieron en la provincia afgana de Laghman el 2 de julio de 2013 cuando Hilda I. Clayton, una soldado fotógrafa estadounidense especializada en actividades militares, fue alcanzada mortalmente por una deflagración. La joven estaba asignada a la 55 Signal Comapny (fotógrafos de combate) de la 21st Signal Brigade. Otro fotoperiodista del ejército afgano murió a su lado, así como tres soldados locales, cuya graduación no ha trascendido.