Cuando Donald Trump ganó la presidencia de Estados Unidos, el CEO de Facebook publicó en su perfil de la red social que “el progreso no se mueve en línea recta” y al parecer tampoco lo hace su comportamiento, pues su postura respecto al Presidente ha pasado de “en contra”, a “respetar sus diferencias”, a ¿llamadas secretas?
Aunque durante la candidatura de Trump cuidadosamente se expresó en contra de la construcción del muro en la frontera mexicana, la deportación masiva y el registro de inmigrantes musulmanes, también defendió a uno de sus primeros inversionistas y miembro de la junta directiva de la compañía, Peter Thiel, quien en ese entonces fuertemente apoyaba al candidato republicano y quien ahora es su asesor en temas de tecnología.
A través de un memo interno a sus empleados, el cual fue primero filtrado en la red Hacker News y después divulgado por la revista estadounidense Boing Boing, Zuckerberg respondió a la preocupación de que el directivo se hubiese involucrado en la campaña de Trump con una aportación de 1.25 millones de dólares.
“No podemos crear una cultura que dice importarle la diversidad y luego excluir a casi medio país porque apoyan a un candidato política. Existen muchas razones por las cuales una persona pueda apoyar a Trump que no involucren racismos, sexismo, xenofobia o aceptación del abuso sexual. Puede que sea porque creen fuertemente en un gobierno más pequeño, una política de impuestos diferente, un sistema de salud, asuntos religiosos, derechos a portar armas o cualquier otro asunto en el que esté en desacuerdo con Hillary”, dijo en su comunicado.
Una vez que Trump ganó las elecciones, Facebook estuvo en el ojo del huracán mediático debido a que usuarios de Twitter acusaron a la plataforma de jugar un papel importante en la divulgación de noticias falsas que supuestamente beneficiaron a Trump, y aunque Zuckerberg declaró en público que la idea de que la red social
hubiera tenido tal influencia le parecía una idea “bastante loca”, después de dichas acusaciones Facebook se dedicó a atacar la problemática y aumentar la revisión de datos.
Pero tal vez la mayor contradicción en el extraño comportamiento del magnate de las redes sociales ha sido revelada recientemente, pues tras no haber asistido a la reunión de líderes de la industria tecnológica convocada por Trump, la revista Bussiness Insider dio a conocer que Zuckerberg y el Presidente han estado en contacto vía
telefónica múltiples veces.
Según la revista, el CEO reveló estar en contacto con Trump durante una cena secreta con una familia de Ohio, aunque se desconoce cuál es el tema de sus conversaciones su vocero declinó hacer comentarios al respecto y la Casa Blanca no respondió a la solicitud del medio para hablar del tema.
Todo esto parece aún más sospechoso si le agregamos que el empresario de 32 años se ha propuesto como meta visitar 30 estados que no conoce de su país para finales de este año, lo cual suena bastante como una campaña política.
Fue precisamente en una de estas visitas que el tema de Trump salió a conversación.
Zuckerberg visitó a un Daniel Moore, ingeniero que trabaja en una empresa de acero rusa en Ohio, quien según Business Insider después de votar dos veces por Obama, aceptó haber votado en esta ocasión por Trump; durante la cena Moore preguntó al CEO si había hablado con el Presidente… el resto es ahora noticia.
Si bien, Zuckerberg ha declarado que no le interesa la presidencia y que el objetivo de sus viajes es conocer la forma en que viven, trabajan y piensan las personas, el empresario ha sido visto en numerosas ocasiones rodeado de antiguos funcionarios de gobierno durante estas visitas.
Además, el empresario ha sido fotografiado trabajando en la línea de ensamble en una la fábrica automotriz en Michigan, platicando con bomberos y hasta alimentando ganado en una granja en la zona rural de Ohio. ¿Les suena familiar? ¿Acaso no es lo mismo que hacen los políticos en campaña? Si de algo podemos estar seguros, es que Zuckerberg es bastante hábil para tantear las aguas de la política, su comportamiento a lo largo de las elecciones y estos primeros meses de gobierno lo demuestran, pues ha sabido opinar con cautela tanto en contra como a favor de Trump. Sólo el tiempo dirá de que lado se inclina la balanza.
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