No importa el sol, el calor, las inclemencias del tiempo, don Fernando Carrillo siempre está en una de las esquinas de la calle Andrade. Llega con su carretita llena de pan, desde hace casi 4 años labora ahí desde las 7 de la mañana a medio día.
No le da flojera ni tampoco la piensa cuando hace mucho calor, don Fernando busca la manera de protegerse del sol, puede olvidarse un poco de las altas temperaturas con una buena plática con los comensales o con sus compañeros vendedores.
Las personas que más compran el rico pan dice don Fernando que son los de mayor edad y sobre todo en los días nublados o con lluvia las ventas se incrementan un poco.
Antes de vender pan, don Fernando era ayudante de plomero, ahora solo hace trabajos pequeños pero por las tardes.
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