Si te pones a analizarlo no tiene ninguna gracia, simplemente se trata de tres hélices con un centro en común que les permite únicamente girar y girar, eso es todo. Sin embargo, los niños están obsesionados con ellos y se han convertido en el juguete favorito del verano.
El fidget spinner es básicamente como su nombre lo indica un “girador” para “personas inquietas”. El invento no es nada nuevo. De hecho, existe desde 1997 cuando la estadounidense Catherine Hettinger lo inventó mientras padeció un desorden autoinmune que le provocó debilidad en los músculos.
“No podía levantar sus juguetes o jugar mucho con ella, así que empecé a pegar cosas con periódico y cinta. No sabía que estaba haciendo un prototipo sólo empecé a jugar con él en diferentes maneras”, dijo Hettinger al periódico británico The Guardian.
“Digamos que lo inventamos juntas, ella lo podía girar y yo también y así fue como lo empezamos a diseñar”.
Después de varias modificaciones nació la primera versión del spinner, la cual no era mecánica. Tiempo después evolucionó al mecanismo que hoy conocemos, pero después de ocho años Hettinger perdió la patente de su invento al no poder pagar los 400 dólares para renovarla en el 2005, y así fue como las grandes compañías se apropiaron de su idea hasta convertirla en el juguete de moda.
Originalmente, estas compañías lo promocionaron como un dispositivo para ayudar a controlar el estrés y ansiedad en niños con autismo, trastorno de déficit de atención e hiperactividad, pero hoy en día se consideran juguetes para todas las edades.
Lejos de simplemente utilizarlos para hacerlos girar, los niños involucran trucos de manos y hasta piernas para mover el spinner, convirtiendo su uso en una actividad que involucra de gran coordinación y verdadera concentración, lo cual ha puesto al juguete en la mira de los profesores, quienes aseguran que éstos se han convertido en una distracción dentro del salón de clases.
En algunos países se han prohibido dichos juguetes por ser considerados una distracción, pues en niños sin déficit de atención contrario a ayudarlos a tranquilizarse absorbe el foco de su atención y los distrae de las lecciones de clase.
Esto fue comprobado en un estudio publicado en el 2015 por la psicóloga Julie Schweitzer, en la revista Child Neuropsychology, el cual midió la cognición de niños de entre 10 y 17 años mientras usaban dicho juguete. El estudio realizado por la colaboradora del Instituto de Investigación MIND de la Universidad de California comprobó que los niños con TDAH se desempeñaron mejor en una prueba de atención computarizada cuando usaban más intensamente un fidget spinner; mientras que los niños sin esos problemas de atención no mejoraron su desempeño, incluso declinó un poco, con estos juguetes.
En la Academia Churchill, en Inglaterra, fueron los mismos estudiantes quienes se quejaron mediante cartas anónimas del ruido y la distracción que provocan dichos juguetes en el aula, por lo que el director decidió prohibirlos.
“Hemos prohibido los fidget spinners dentro de las clases en @ChurchillAcad – ésta es la razón. Estoy muy orgulloso de mis estudiantes”
We have banned fidget spinners from lessons @ChurchillAcad - here's why. So proud of our students! #pedagoofriday pic.twitter.com/3gIJoH4euv
— Chris Hildrew (@chrishildrew) 28 de abril de 2017
En la carta, firmada por una niña de 7 años (escrita a computadora obviamente por alguno de sus padres), se puede leer lo siguiente:
“Encuentro (a estos juguetes) disruptivos (porque) son ruidosos y cuando intentas prestar atención a tu trabajo puedes escuchar el sonido giratoria dando vueltas y vueltas.
“Otra razón es que, si alguien a tu alrededor tiene uno, como que te atrae porque están intentando hacer trucos y todos los demás están mirándolo”.
En Shepparton, Australia, un niño de 11 años sufrió una lesión en el ojo al jugar con un spinner, lo que también alertó a los padres sobre la importancia de recalcar los posibles peligros de su uso a sus hijos.
“Él lanzó el spinner muy alto y no alcanzó a cacharlo, al caer éste golpeó la esquina de ojo.
Tuvo suerte de no perder la vista más aún el ojo entero”, dijo la madre del niño al portal Kidspot.com.au.
Y es que algunos diseños son verdaderamente peligrosos, pues presentan puntas afiladas que a grandes velocidades pueden ocasionar daños no sólo en el ojo sino en cualquier parte del cuerpo. Por ello los expertos sugieren no comprar diseños con bordes puntiagudos.
Si bien los spinners van desde los dos dólares en el mercado chino, existen algunos que pueden llegar a costar cientos de dólares por el uso de materiales sofisticados, diseños originales y la incorporación de luces de distintos colores. Entre más complejo el diseño, más caro.
Pero no te preocupes, como padre tampoco tienes que gastar tanto. De hecho, en YouTube existen muchos videos que enseñan formas de crear tu propio spinner con materiales sencillos y para nada peligrosos, si bien éstos no giraran a altísimas velocidades cumplen con la función original que es liberar estrés o calmar la ansiedad.
En fin, puede ser una verdadera tontería, pero desgraciadamente así son las modas. Al menos es preferible que los niños se entretengan con esto en vez de practicar retos que pueden poner sus vidas en peligro. La única recomendación es tomar en cuenta que los diseños puntiagudos pueden, en efecto, ocasionar daño, así que es mejor abstenerse de ellos.
Lo mismo sucede con su uso en el aula de clases, mientras éstos se utilicen debajo del escritorio de la manera básica para liberar ansiedad pueden ser de ayuda para quienes realmente lo necesitan, pero obviamente esto no implica estar haciendo trucos en el salón de clases o ruido al girarlos en el escritorio.
Como todo, en exceso puede convertirse en un problema. Depende de los padres hacer hincapié en estas medidas para evitar que así sea.
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