La historia de Richard Anthony Jones es una prueba más de que la realidad supera a la ficción. De hecho, la serie de eventos desafortunados que lo llevaron a cumplir 17 de los 19 años de condena por un crimen que no cometió podría servir de material para cualquier película de Hollywood.
"Ricky" (izquierda) fue el verdadero criminal; pero Richard (derecha) fue condenado a 19 años de cárcel.
Jones fue sentenciado injustamente en 1999 por un robo en Roeland Park, Kansas, pero el azar confabuló en su contra porque el verdadero criminal era idéntico a él.
Además, el malhechor —al igual que él— vivía muy cerca de donde se cometió el robo y —vaya broma del azar— también compartían el mismo nombre de pila.
Basado en testimonios de testigos, Jones fue localizado por la policía local y los agravados lo identificaron como el culpable. Tras 15 años en prisión, Jones contactó a Midwest Innocence Project y a Paul E. Wilson Defender Project de la Universidad of Kansas para que le ayudaran a probar su inocencia, ya que nunca se encontraron pruebas de ADN ni huellas dactilares suyas en el auto en el que se realizó el robo.
Finalmente sus abogados encontraron imágenes de Ricky (el apellido no se ha revelado), quien en realidad cometió el crimen. “Cuando vi la foto todo hizo sentido para mí. Puede que pienses que es la misma persona o que por lo menos se parecen mucho”, dijo el abogado defensor al periódico local Kansas City Star. Al presentar las pruebas, las víctimas dijeron no están tan seguras de que Jones hubiera cometido el crimen y los jueces ordenaron su liberación.
Para apoyar a Jones, casado y padre de una niña, se creó un fondo de donaciones en Go Fund Me para que puede reiniciar su vida. Hasta el momento se ha recaudado 11 mil 500 dólares.
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