El 10 de mayo las mamás mexicanas son celebradas a lo grande. Las escuelas tienen festivales conmemorativos (que la mayoría de las mamás odian, pero asisten sólo para ver a sus hijos disfrazados bailar y cantar alguna canción cursi), los restaurantes se atiborran y los centros comerciales lanzan grandes ofertas sabiendo que la derrama económica que trae dicha celebración es inmensa.
Sin embargo, el día del padre, aunque se celebra, no tiene el mismo tono festivo. No hay festival especial, porque siempre se empalma con el festival del fin de cursos, los restaurantes sí se llenan, pero muchas familias prefieren pasar el día en casa, y aunque la derrama económica es aún mayor de los normal, no se compara con el gasto del día de las madres.
De acuerdo con Enrique Solana Sentíes, presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur), este año se espera que los mexicanos gasten unos 25 mil 665 millones de pesos, lo cual es bastante, pero significa apenas 58.22 por ciento de los 44 mil 078 millones de pesos que se gastaron el 10 de mayo.
Aún así, este año se espera un aumento del 2.6 por ciento con respecto al día del padre el 2016, informó Solana en un comunicado de prensa.
Como era de esperarse, al igual que años anteriores las áreas de telefonía y electrónica se prevén que sean las de mayor demanda de los consumidores, por lo que se calcula un aumento del 3.1 por ciento en las ventas de este tipo de artículo.
Y no es que queramos menos a nuestros papás que a nuestras mamás, la realidad es que la mercadotecnia ha comercializado más eficazmente el día de las madres, ya que se basa en una relación más emotiva. Es más fácil plantear un lazo entre los hijos y las madres, ya que a pesar que la relación sentimental no sea la mejor, eso no demerita el hecho de que es la madre quien carga en el vientre al hijo. Así, el milagro de la vida, se ha convertido en un milagro comercial que ayuda a cientos de miles de negocios a salir de sus números rojos.
Así que no se sientan mal papás, tal vez no tengan un festival, pero seamos sinceros ¿quién quiere pasar su día en pleno calorón de junio en la escuela esperando horas sólo para ver a su hijo unos minutos? ¡NADIE! Existe una razón por el cual el día del padre no tiene una fecha fija, se celebra el tercer domingo junio para asegurar precisamente eso, que los papás puedan disfrutar sin trabajo, agusto, echando la fiaca.
Además, el gasto material es lo que menos cuenta ¿no? Tal vez sea menos dinero lo que se invierte en sus regalos, pero sin duda nos quebramos la cabeza tratando de elegir el detalle perfecto.
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