Múltiples estudios han abordado el tema desde diferentes aspectos y hasta ahora la respuesta parece inclinarse a que la comorbilidad puede surgir de ambos lados.
¿Qué si lo que creemos que es una adicción en realidad es la forma en que uno sobrelleva una depresión? ¿O principios de esquizofrenia? ¡Incluso ansiedad! Y qué si la misma adicción ha provocado que se manifieste alguno de los trastornos anteriores.
Las personas consumen drogas para desconectarse de la realidad, usualmente le achacamos esta dependencia a problemas emocionales o simplemente vulnerabilidad ante situaciones comprometedoras con acceso a estas drogas, pero si se analiza la causa más a fondo, detrás de una adicción podría estarse ocultando un problema de salud mental, y esto no significa que la persona esté “loca”, sino simplemente un desbalance químico que puede estarlo afectando de manera psicológica, física y emocional.
Sin embargo, los estudios no son concluyentes, van y vienen de un lado a otro, algunos respaldan que el trastorno hace a la persona propensa a las drogas y otros que viceversa. Lo que es seguro, es que son los jóvenes las principales víctimas de esta confusión y que, en el caso de que la adicción haya desatado una propensión a un trastorno, por su edad es mucho más fácil tratarlo si se detecta a tiempo, especialmente en el caso de esquizofrenia.
La depresión es una gran alerta para los padres de familia, pues el sentimiento de querer alejarse de los problemas puede llevar a los jóvenes al consumo de drogas como la marihuana, la cual a su vez en vez de mejorar su estado emocional desencadena episodios de depresión más profunda. De hecho, expertos señalan que la mayoría de los suicidios suceden bajo los efectos de alguna droga, incluyendo el alcohol, pues estas potencializan una condición pre existente.
Y ¡ojo! Muchas veces el primer contacto de los jóvenes con las drogas durante estados depresivos viene de manera prescrita por un médico, pues si bien los antidepresivos y ansiolíticos son una medida efectiva para sobrellevar estos trastornos deben ser suministrados de manera personalizada, de acuerdo a la edad, peso y gravedad de la situación, y en relación a la evolución del paciente durante sesiones con un profesional.
Este suele ser el principal error de algunos padres de familia, quienes acuden a familiares o amigos médicos en otras especialidades y solicitan recetas de medicamentos que aparentemente de manera generalizada ayudan en situaciones de ansiedad y depresión, como el clonazepam, el cual es sumamente adictivo y en altas dosis o al ser mezclado con grandes cantidades de alcohol, mortal.
En el caso de la depresión por drogas, aunque no comienza de esa manera puede convertirse también en un círculo vicioso, pues las adicciones puedes destrozar la vida de una persona al atacar su ámbito social, familiar, laboral, económico, de salud, y sobre todo a nivel personal.
La autoestima es algo que se ve sumamente afectado en personas que consumen drogas, pues en algún punto de su adicción son capaces de ver como todo a su alrededor se va desmoronando y el daño que le ocasionan no sólo a su cuerpo sino también a las personas que los aman; esto es aún peor en jóvenes que a temprana edad luchan por encontrarse a sí mismo en medio de los estereotipos que la sociedad les impone, pues no sólo lidian con el sentimiento de culpa de no poder dejar de consumir sino también con la noción de sentirse perdidos en un punto en que su identidad aún no se ha definido.
En cuanto a la esquizofrenia, un estudio de la Universidad de Almería, en España, publicado por el Centro de Rehabilitación Psicosocial e Investigación ASAENEC, reveló después de analizar la vinculación del consumo de alcohol, cannabis y cocaína con factores propicios de esquizofrenia, como la propensión a alucinaciones y la creencia de que su pensamiento es equivalente a su comportamiento, que en efecto aquellos que consumían las drogas eran más vulnerables a presentar los síntomas.
También se encontró que el consumo de las tres drogas se relaciona con un aspecto conocido como “anhedonia introvertida” y que se refiere, de forma general, a los aspectos negativos de la esquizofrenia y, más en concreto, a la incomodidad que algunas personas sienten ante el contacto con otros y la incapacidad para obtener placer de las actividades cotidianas. Aunque, se desconoce si esto es causa o consecuencia del consumo; es decir la pregunta del millón.
Recientemente, el 10 de julio, el presidente del Colegio de Psiquiatras, Enrique Escobar, afirmó que el uso de drogas, especialmente el consumo de cristal entre la población joven ha incrementado el número de enfermedades mentales en Mazatlán. Sin embargo, hay que tener cuidado al momento de diagnosticar dichos trastornos, ya que muchos de ellos son trastornos orgánicos por el mismo consumo de drogas y no el desencadenamiento de una propensión hereditaria.
Ante esta alarmante y confusa situación, los especialistas recomiendan a los padres de familia estar alerta ante señales tanto de posibles trastornos mentales, especialmente ansiedad y depresión, los cuales son comunes durante la adolescencia, como del posible consumo de drogas.
De acuerdo con el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, algunas estas señales podrían ser.
- Disminuir la asistencia y el rendimiento en la escuela
- Meterse en problemas con frecuencia (peleas, accidentes, actividades ilegales)
- Actuar a escondidas o de manera sospechosa
- Manifestar cambios en el apetito o los patrones de sueño
- Exhibir cambios sin explicación en la personalidad o la actitud
- Demostrar cambios en el estado de ánimo, irritabilidad o estallidos de ira
- Pasar por períodos inusuales de hiperactividad, agitación o aturdimiento
- No tener motivación
- Mostrarse temeroso, ansioso o paranoico, sin razón alguna
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