No basta con hacerlos matar a sangre fría, secuestrar, torturar brutalmente a sus víctimas, extorsionar y robar, para ser considerado verdadero miembro de algunos cárteles, los jóvenes iniciados también deben volverse caníbales.
Esta salvaje práctica no es algo nuevo en el proceso de iniciación de los cárteles, pero despertó de nuevo horror en la población luego que dos jóvenes de tan sólo 16 y 17 años detenidos en Tabasco como miembros del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) confesaran haber desmembrado y comido a una de sus víctimas por órdenes de los líderes de la agrupación.
Esta semana se logró en Tabasco la detención de 12 miembros del CJNG, relacionados con la ejecución de cinco personas en Autos Aladino, el pasado mayo en Villahermosa, de los cuales dos resultaron ser menores de edad. Durante su interrogación los menores confesaron haber comido carne humana de sus víctimas.
De acuerdo con el medio local Tabasco Hoy, los cabecillas detenidos declararon que el canibalismo forma parte de su entrenamiento a menores de edad para que éstos se conviertan en criminales de alta peligrosidad, por ser considerados los más despiadados y sanguinarios.
El medio reportó que el cadáver del que comieron los adolescentes pertenece a un sujeto que fue levantado a principios de mayo, unas semanas antes del caso de Autos Aladino, a quien después de haberlo torturado, lo ejecutaron y guardaron en un refrigerador para poco a poco ir cortándole extremidades y luego comerlas.
Dicho cuerpo fue encontrado el 26 de mayo, totalmente desmembrado a orilla del río Carrizal, en la ranchería El Cedro, Nacajuca.
El canibalismo obligado tiene el objetivo de deshumanizar al joven, para que éste pierda toda conexión con su lado compasivo y sea de lo más cruel con sus víctimas sin sentir remordimiento.
En México, esta práctica fue primero empleada por Los Zetas, agrupación que incorporó a militares desertores no sólo del Ejército Mexicano sino también de Guatemala. El ejemplo lo puso el líder de la agrupación, Heriberto Lazcano “El Lazca”, quien comía guisos de carne humana.
A los miembros centroamericanos también se les obligaba a comer carne cruda de animales que cazaban en la selva y beber su sangre, según Tabasco Hoy.
Después se dio a conocer que “El Chayo” Moreno, también conocido como “El más loco”, líder del cártel de Los Caballeros Templarios, anteriormente La Familia Michoacana, obligaba a los iniciados en la agrupación no sólo a comer carne humana sino específicamente el corazón de sus víctimas.
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